La justicia alemana aparta a Ecclestone de la F-1

El octogenario magnate británico deja su puesto como gerente del Mundial después de que un tribunal de Múnich confirmara que será juzgado por soborno e inducción al fraude

Ecclestone, en el Gran Premio de India de 2012.Mark Thompson (GETTY)

Bernie Ecclestone, el hombre que en los últimos 30 años ha universalizado el campeonato del mundo de fórmula 1 y lo ha convertido en el escaparate más elitista del automovilismo mundial, se ha visto obligado a dar un paso atrás y a dejar sus deberes como gerente del certamen que lo ha convertido en multimillonario —Forbes estima su fortuna y la de su familia en 3.000 millones de euros—. A sus 83 años, el magnate de Suffolk (Reino Unido) se siente como un toro, pero el anuncio de que la Audiencia Territorial de Múnich le juzgara a finales del próximo mes de abril por soborno e inducción al frau...

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Bernie Ecclestone, el hombre que en los últimos 30 años ha universalizado el campeonato del mundo de fórmula 1 y lo ha convertido en el escaparate más elitista del automovilismo mundial, se ha visto obligado a dar un paso atrás y a dejar sus deberes como gerente del certamen que lo ha convertido en multimillonario —Forbes estima su fortuna y la de su familia en 3.000 millones de euros—. A sus 83 años, el magnate de Suffolk (Reino Unido) se siente como un toro, pero el anuncio de que la Audiencia Territorial de Múnich le juzgara a finales del próximo mes de abril por soborno e inducción al fraude le ha obligado a dejar su cargo, aunque de forma temporal por ahora.

“Después de algunas discusiones con el consejo, el señor Ecclestone ha propuesto dejar de ser el director con efecto inmediato, renunciando así a sus deberes y responsabilidades hasta que el caso esté resuelto”, explicaba la nota hecha pública por Delta Topco, la empresa que posee la explotación de los derechos comerciales de la F-1, y que a su vez pertenece a CVC Capital Partners, una compañía de capital riesgo.

“El consejo cree que lo mejor tanto para el negocio de la F-1 como para el deporte, es que Ecclestone siga manejando el negocio en el día a día, pero sujeto a mayor vigilancia y control por parte del consejo. Él ha aceptado estos acuerdos”, proseguía el mismo informe. A partir de este momento, todas las operaciones deberán ser aprobadas por el presidente de dicha entidad, Peter Brabeck-Letmathe, y el vicepresidente, Donald Mackenzie.

El ‘regreso’ de Ron Dennis

McLaren se prepara para una serie de cambios importantes. Eso es lo que se desprende del último movimiento de la compañía, que ayer hizo público el nombramiento de Ron Dennis como director general del grupo (CEO), en sustitución de Martin Whitmarsh, actual jefe del departamento de F-1. Dennis se compromete a sacudir la escudería de Woking para regresar a la parte alta de la parrilla después de que Jenson Button y Checo Pérez —que en 2014 será sustituido por el debutante Kevin Magnussen—, no consiguieran ningún podio y firmaran el peor año de su historia. En los próximos días se conocerá si Dennis mantiene a Whitmarsh como jefe de la división de F-1. “Mis compañeros accionistas quieren que escriba un nuevo y emocionante capítulo en la historia de McLaren, comenzando por mejorar nuestro rendimiento tanto dentro de la pista como fuera de ella”, concedió Dennis, que ya estuvo al frente del equipo entre 1982 y 2009, aunque después se haya mantenido como accionista.

Deshacer la tela de araña no resulta fácil, por más que el modus operandi no sea del todo desconocido. Todo parte de la denuncia presentada por el banco BayernLB, que acusa a Ecclestone de haber sobornado con 33 millones de euros a uno de sus empleados, Gerhard Gribkowsky, en 2006, para que CVC recuperara el control de la explotación comercial de la F-1.

Gribkowsky fue condenado a más de ocho años de prisión en 2012 por evasión fiscal —precisamente de esos 33 millones—, pero hace meses que disfruta de un régimen abierto y puede trabajar fuera de la cárcel. Los letrados de Ecclestone le acusan de haber obtenido estos privilegios, generosos para el duro sistema judicial bávaro, a cambio de inventarse un testimonio incriminatorio contra el británico. Según el propio exbanquero condenado, Ecclestone le pagó esos 33 millones a cambio de que manipulara en su provecho la venta del paquete de inversiones del BayernLB en la fórmula 1. El británico, por su parte, no tiene ningún problema en reconocer que sí pagó esa jugosa cantidad a Gribkowsky, aunque matiza que fue chantajeado y que lo hizo bajo la amenaza de ser denunciado por falsos movimientos de dinero en sus empresas.

“Estoy seguro de que habrá un juicio. Ya hay cargos. Iré porque no tengo opción, pero es muy pronto para pensar en ello”, aseguraba ayer el propio Ecclestone al diario alemán Handelsblatt, en el que también asegura que llegar a un acuerdo con BayernLB no le costaría demasiado y que no tiene intención de hacerlo: “No estaría bien porque no he hecho nada malo”.

La trayectoria del magnate al volante de la F-1 le ha convertido en una de las caras más reconocibles del circo, y su carisma está a la altura del de los grandes pilotos, de leyendas como Michael Schumacher o Ayrton Senna. La velocidad que le faltó como piloto en la década de los cincuenta demostró tenerla después en los despachos. Habrá que ver si serán también estos los que le harán bajarse del carro.

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