Rossi quiere abonarse al podio

El piloto italiano vuelve a sentirse competitivo con su Yamaha y quiere demostrarlo en el circuito en el que se le recuerda por un adelantamiento imposible en la carrera de 2008

A Valentino Rossi no le cuesta rememorar cómo fue la primera vez que visitó Laguna Seca, en el 2005, con la Yamaha de 1.000cc. “Hicimos una sesión de entrenamiento más larga de lo normal, de una hora y media, para entender bien el circuito. Aquellas motos era muy diferentes a las de ahora, con menos electrónica, unos neumáticos muy diferentes, apenas control de tracción... Era difícil entender cual era el momento ideal para frenar. Yo intenté seguir a Nicky (Hayden), pero no hubo manera”, reía al rebuscar en su memoria. Su mejor recuerdo, obvio, remite, como en la cabeza de todo aficionado a l...

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A Valentino Rossi no le cuesta rememorar cómo fue la primera vez que visitó Laguna Seca, en el 2005, con la Yamaha de 1.000cc. “Hicimos una sesión de entrenamiento más larga de lo normal, de una hora y media, para entender bien el circuito. Aquellas motos era muy diferentes a las de ahora, con menos electrónica, unos neumáticos muy diferentes, apenas control de tracción... Era difícil entender cual era el momento ideal para frenar. Yo intenté seguir a Nicky (Hayden), pero no hubo manera”, reía al rebuscar en su memoria. Su mejor recuerdo, obvio, remite, como en la cabeza de todo aficionado a las motos, al 2008. “Sobre todo a las cinco o seis primeras vueltas”, apunta.

En aquellos giros se decidió la carrera. Y ocurrió merced a un adelantamiento del italiano en pleno corazón del Sacacorchos, en la chicane más famosa del calendario, entre las curvas más complicadas del circuito: una subida, una curva totalmente ciega, a la izquierda, otra a la derecha con un pronunciado peralte, el octavo viraje, lo que es propiamente el Sacacorchos, y al final de la bajada: la curva Rainey, otra vez a la izquierda.

Un cuarto puesto en Montmeló, una victoria en Assen y un tercer puesto en Sachsenring, aunque con las ausencias de Lorenzo y Pedrosa, sus últimos resultados

Allí, después de cuatro giros al circuito, Rossi, que ya había adelantado a Stoner sin demasiadas complicaciones en aquel mismo punto en la primera vuelta, quiso recuperar la primera posición perdida poco después, tras un tuya mía con el entonces piloto de Ducati. El de Yamaha llegó a la primera curva ciega por delante del australiano. Y completó el adelantamiento justo en el vértice de la curva, exactamente tras el cambio de dirección, metiéndose incluso por dentro de los pianos, levantando el polvo del interior de la curva. Hubo más adelantamientos aquel día, pero ninguno como aquel.

Rossi, en Laguna SecaPAUL BUCK (EFE)

Curiosamente, al italiano nunca se le dio demasiado bien Laguna Seca. Solo ha ganado en el trazado californiano una vez, aquel año 2008. Pero nadie piensa en el Sacacorchos sin que su memoria remita a aquel adelantamiento irreverente, que por poco termina con Stoner por los suelos. Rossi vuelve a California con una Yamaha y lo hace, además, feliz por el salto de calidad experimentado en las últimas carreras. Un cuarto puesto en Montmeló, una victoria en Assen y un tercer puesto en Sachsenring, aunque con las ausencias de Lorenzo y Pedrosa, tienen la culpa. Se sabe de nuevo competitivo. Y tiene ganas de demostrarlo en este circuito fetiche. ¿Puede volver al podio? “Espero. Ese el objetivo”, concedía este viernes, pese a que concluyó cuarto, a tres décimas de un increíble Márquez.

“Hasta el gran premio de Catalunya tuve muchos problemas, sobre todo en las frenadas: no podía frenar con intensidad y hacer bien la entrada a la curva”. Después de aquel gran premio Yamaha realizó unos tests en Aragón y Rossi, que siempre se caracterizó por ser un excelente frenador, mejoró muchísimo en este punto. “Cambiamos la horquilla delantera e hicimos también algunas modificaciones en el reparto de pesos para mejorar las sensaciones con el tren delantero”, explica. A la siguiente carrera, en Holanda, la mejora fue evidente. Dos semanas más tarde, en Sachsenring, un trazado con mucho menos agarre, Valentino sufrió en carrera, aunque sabe por qué bajó drásticamente el rendimiento de su neumático trasero. Hoy cuando problemas sabe por qué, entiende como corregirlos. Algo que no le ocurría con Ducati hace un año. “Hemos dado un gran paso adelante, aunque a este nivel, con estos chicos como rivales, todavía tengo que mejorar mucho”, señalaba.

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