Pep Guardiola sigue a Olazábal

El entrenador ya apoyó al vasco en la conquista europea de la última Copa Ryder, en Chicago, y ayer descubrió también la magia de Augusta

Olazábal saca la bola del búnker en el hoyo 18.BRIAN SNYDER (REUTERS)

Pep Guardiola descubrió la magia del Masters siguiendo durante unos hoyos a Olazábal. Ya compartieron vivencias en la victoria europea en la pasada Copa Ryder, cuando el exentrenador azulgrana viajó hasta Chicago. Y ayer el próximo técnico del Bayern aprovechó la invitación del golfista vasco —seguidor de la Real y del Barça— para empaparse de la aureola de Augusta.

La admiración entre ambos es mutua. “Guardiola me dijo que no había vivido nada igual”, comentó Olazábal tras la ...

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Pep Guardiola descubrió la magia del Masters siguiendo durante unos hoyos a Olazábal. Ya compartieron vivencias en la victoria europea en la pasada Copa Ryder, cuando el exentrenador azulgrana viajó hasta Chicago. Y ayer el próximo técnico del Bayern aprovechó la invitación del golfista vasco —seguidor de la Real y del Barça— para empaparse de la aureola de Augusta.

La admiración entre ambos es mutua. “Guardiola me dijo que no había vivido nada igual”, comentó Olazábal tras la épica remontada en la Ryder, para la que imitó al preparador utilizando un vídeo de Gladiator (como en la Champions de 2009) para animar a los golfistas europeos.

Olazábal y Guardiola, en la pasada Ryder.

Olazábal suma 25 presencias en Augusta desde que cruzó la puerta del club como amateur en 1985. Aunque, por mucho que conozca el campo y adore el Masters, sigue sufriendo como un jabato en estas calles como autopistas. Ayer se le escapó de las manos curiosamente una de sus mejores armas, los hierros. Cumplió sin problemas con el drive, pero a mitad de la calle perdió la brújula y se condenó para intentar salvar los pares. Una tarjeta de dos arriba, “un resultado digno”, le obliga hoy a otra sesión de sudor para salvar el corte.

“He hecho bogeys por culpa de los hierros”, lamentó Olazábal, con la barba blanca por la crema solar y la piel roja. “Aunque hay alguna señal positiva, como el drive, y estoy animado para el segundo día”. En su regreso a la competición en Estados Unidos después de ganar la Ryder como capitán de Europa, Olazábal recibió una clase de cariño especial, el de los aficionados estadounidenses que lloraban la derrota de su equipo en Chicago pero reconocían el valor de una leyenda.

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