El Madrid no malgasta energía

El Madrid entonó el "no dejes para el martes lo que puedas hacer el domingo" y se metió en semifinales por la vía rápida. Cualquier otra resolución hubiese estado fuera de lugar si nos atenemos sobre todo a las limitaciones que volvió a mostrar el Fuenlabrada, que con lo que tiene, no da para mucho más. Bastante mérito ha tenido con alcanzar un sitio entre los ocho mejores con tan escasos mimbres. Al Madrid le bastó sofocar el incendio inicial (16-8, minuto 7) provocado por la salida en tromba de los tiradores del Fuenlabrada.

Pero esta vez el Madrid no estaba dispuesto a complicarse la...

El Madrid entonó el "no dejes para el martes lo que puedas hacer el domingo" y se metió en semifinales por la vía rápida. Cualquier otra resolución hubiese estado fuera de lugar si nos atenemos sobre todo a las limitaciones que volvió a mostrar el Fuenlabrada, que con lo que tiene, no da para mucho más. Bastante mérito ha tenido con alcanzar un sitio entre los ocho mejores con tan escasos mimbres. Al Madrid le bastó sofocar el incendio inicial (16-8, minuto 7) provocado por la salida en tromba de los tiradores del Fuenlabrada.

Pero esta vez el Madrid no estaba dispuesto a complicarse la vida tanto como en el primer partido y se puso las pilas mucho antes. Dos triples de Prigioni y Tucker iniciaron un demoledor parcial de 0-17 que pusieron proa hacia la victoria. Coincidió, y no fue casualidad, que Ayón, bastión insustituible del Fuenlabrada y uno de los jugadores del año, volviese a tener problemas con las faltas personales.

En su ausencia, a los locales no les quedó otro remedio que intentar una y otra vez conjugar su desventaja en casi todas las áreas del juego tratando de ir de tres en tres. Pero su acierto inicial (4 de 5 en sus primeros lanzamientos) dio paso a 14 fallos consecutivos. Todo lo contrario que Tucker y sobre todo Llull, que está con la muñeca muy fina sin dejar de perder su habitual explosividad. Al descanso el Madrid ya olía a semifinalista (26-36)

Tratándose de un equipo que hace de la lucha sin cuartel uno de sus mejores valores, el Fuenlabrada no quería despedirse sin un último intento. Lo lideró, como no, Ayón, con dos alley ups y una jugada "costa a costa" que remató con un espectacular machaque (40-40, minuto 5 tercer cuarto). No hay que ser un adivino para augurar una corta estancia al jugador mejicano por Fuenlabrada. Pero con los tiradores definitivamente desenfocados, era cuestión de tiempo que la resistencia a la lógica se agotase.

Otra vez Llull y Tucker hicieron volver las aguas a su cauce normal (44-55) todos asumieron quien debía seguir en competición y el partido se convirtió en un homenaje al equipo local por su gran temporada y sobre todo a Salva Guardia, una institución, un jornalero ejemplar que ha dignificado el baloncesto y al que le ha llegado la hora de la retirada. Contentos y entre abrazos, todos se marcharon a la ducha. Esta vez llovió a gusto de todos.