Brasil, en manos de Menezes

El nuevo seleccionador también prima la solidez defensiva, pero es más dialogante que Dunga

Después de un día de espera, Luis Antonio Venker Menezes, de 48 años, es el nuevo entrenador de la selección brasileña. Mano (un apodo para "hermano") Menezes, como es conocido en el mundo del fútbol, ha anunciado su decisión en una rueda de prensa en el campo de entrenamiento del Corinthians -equipo que dirigía desde hace tres anos -pocas horas después de recibir la invitación de la Confederación Brasileña de Fútbol, la segunda opción tras la negativa de Muricy Ramalho, del Fluminense.

Menezes es un profesional curtido en banquillos sometidos a mucha presión: en 2007 no le arredró el r...

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Después de un día de espera, Luis Antonio Venker Menezes, de 48 años, es el nuevo entrenador de la selección brasileña. Mano (un apodo para "hermano") Menezes, como es conocido en el mundo del fútbol, ha anunciado su decisión en una rueda de prensa en el campo de entrenamiento del Corinthians -equipo que dirigía desde hace tres anos -pocas horas después de recibir la invitación de la Confederación Brasileña de Fútbol, la segunda opción tras la negativa de Muricy Ramalho, del Fluminense.

Menezes es un profesional curtido en banquillos sometidos a mucha presión: en 2007 no le arredró el reto de devolver al Corinthians a la élite del fútbol brasileño, que había bajado a Segunda División el año anterior. En su currículo aparecen pocos equipos, lo que es precisamente su mejor carta de presentación, puesto que suele terminar sus contratos y no da motivos para que lo despidan a mitad de la temporada, toda una excepción en Brasil. Profesional desde 1997, ha ganado tres Ligas regionales de Río Grande do Sul, una de ellas con el humilde Guarani, su primer equipo, y otras dos con el Grêmio. Con el Corinthians ganó en 2009 el campeonato de São Paulo y la Copa de Brasil. El equipo es ahora el segundo de la Liga, solo detrás del Fluminense.

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Oriundo de Passo do Sobrado (Rio Grande do Sul), Menezes también es un representante de la escuela de técnicos del sur de Brasil y está lejos de ser un esteta: la consistencia defensiva, el orden y la disciplina continuarán siendo los emblemas de la canarinha en los próximos cuatro años. Lo que no quiere decir que el seleccionador vaya a seguir los dictados de su coterráneo y más inmediato predecesor, Dunga, quien desertó en Sudáfrica del juego bonito. Al contrario de Dunga, Menezes es un estudioso del fútbol. En el trato con los jugadores es abierto y dialogante, pero hace respetar la jerarquía, no tolera indisciplinas ni concede privilegios, ni siquiera a una estrella como Ronaldo, actualmente en el Corinthians.

A pesar del currículo, el técnico no era el favorito del presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Ricardo Teixeira, que ayer anunció el fichaje de Muricy Ramalho. El Fluminense, club de Ramalho, no liberó al seleccionador - que tampoco hizo mucho esfuerzo para romper su contracto - y la CBF tuvo que buscar otro nombre. En un comunicado publicado hoy en la página web de la confederación, Ricardo Teixeira ha afirmado que Menezes estaba en una lista de tres nombres y que "lo que determinó la elección fue el entendimiento de que la selección de Brasil necesita un reemplazo inmediato".

En la rueda de prensa de esta tarde, el entrenador fue interrumpido en su discurso por varios jugadores del Corinthians, que le felicitaron, abrazaron y aplaudieron. Contento, recogió la invitación sin dejarse intimidar por el fantasma de un nuevo Maracanazo en 2014 ni por ser la segunda opción. "Todo lo contrario. Me siento muy orgulloso, porque Brasil tiene grandes técnicos. Admiro a Muricy (Ramalho), pero no tengo que analizar los porqués de su rechazo. He recibido la segunda invitación y estoy muy feliz de aceptarla".

El seleccionador Mano Menezes en la rueda de prensa donde anunció su fichaje el la selección brasileñaEFE

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