Increíble chifladura

El último disco de White Denim es una fiesta desfasada de ritmo y experimentación que descoloca con la misma fuerza que atrapa

Portada del disco de White Denim.

Hay rarezas que son un género en sí mismo. Se podría decir que esta banda de Austin lo es después de una década de carrera. Su personalísimo sello impregna una obra marcada por la ambición a romper etiquetas en el indie anglosajón, mezclando géneros con un descaro propio de una épica borrachera. Épica merluza, eso sí, en mente de unos intelectuales del sonido desde aquel debut rompedor titulado Workout Holiday. Rock progresivo, punk, garage, funk, jazz o psicodelia se entremezclan en una fiesta desfasada de ritmo y experimentación, que descoloca con la misma fuerza que atrapa...

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Hay rarezas que son un género en sí mismo. Se podría decir que esta banda de Austin lo es después de una década de carrera. Su personalísimo sello impregna una obra marcada por la ambición a romper etiquetas en el indie anglosajón, mezclando géneros con un descaro propio de una épica borrachera. Épica merluza, eso sí, en mente de unos intelectuales del sonido desde aquel debut rompedor titulado Workout Holiday. Rock progresivo, punk, garage, funk, jazz o psicodelia se entremezclan en una fiesta desfasada de ritmo y experimentación, que descoloca con la misma fuerza que atrapa. Como en este disco, que se sitúa al nivel de los notabílisimos Fits y D. Si siempre han sido como los Wilco más chalados por las acrobacias, ahora condicionan la voltereta bajo el influjo rítmico de los Allman Brothers o el primer Santana. Una increíble chifladura.

White Denim. Side Effects. City Slang / Music as usual.

 

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