El dolor del cante

El joven de la saga Rancapino hereda de su padre su cuidadosa manera de templar los estilos y de mecer los tercios

Portada de 'Por mi amor al arte'.

En el primer corte, el padre recuerda al hijo que el cante tiene que doler. Los dos, además de nombre, Alonso Núñez, comparten una antigua tradición transmitida por generaciones, que el pequeño de la saga enarbola en su primera grabación, registrada en directo y rodeado de compañeros y amigos durante tres días sucesivos. Una selección de estilos clásicos en los que Rancapino Chico dice los cantes de forma primorosa, heredando de su padre, además de aquel dolor, su cuidadosa manera de templar los estilos y de mecer los tercios. Con la precisa guitarra de Antonio Higuero, la de Paco León, y el p...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

En el primer corte, el padre recuerda al hijo que el cante tiene que doler. Los dos, además de nombre, Alonso Núñez, comparten una antigua tradición transmitida por generaciones, que el pequeño de la saga enarbola en su primera grabación, registrada en directo y rodeado de compañeros y amigos durante tres días sucesivos. Una selección de estilos clásicos en los que Rancapino Chico dice los cantes de forma primorosa, heredando de su padre, además de aquel dolor, su cuidadosa manera de templar los estilos y de mecer los tercios. Con la precisa guitarra de Antonio Higuero, la de Paco León, y el piano de Diego Magallanes en la zambra, el disco transmite la frescura y emoción de las cosas vividas de cerca.

Rancapino Chico. Por mi amor al arte. Fods Records.

 

Archivado En