LO MEJOR DEL BE FESTIVAL 2018

El riesgo de tres números impares

Marc Oosterhoff, Kulu Orr y Tom Cassani releen con otro acento los clásicos circenses

Imagen de la pieza 'Cuídate', de Marc Oosterhoff.ALEX BRENNER

El faquir tradicional, con su turbante a lo Kirman, se ha transmutado en un británico de afilada presencia, informal pero elegante, que hace una pausa en su disertación autoconfesional sobre manos criminales y miedos atávicos para meterse un hierro por la nariz. El hombre orquesta no lleva una parafernalia de instrumentos de percusión, viento y cuerda accionados con pies y codos, sino un anorak con sensores que activan sonidos y efectos especiales mientras interpreta a Bach golpeando con pelotas de malabares una caja electrónica.

Quien crea que el circo es cosa de hogaño, en esta ...

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El faquir tradicional, con su turbante a lo Kirman, se ha transmutado en un británico de afilada presencia, informal pero elegante, que hace una pausa en su disertación autoconfesional sobre manos criminales y miedos atávicos para meterse un hierro por la nariz. El hombre orquesta no lleva una parafernalia de instrumentos de percusión, viento y cuerda accionados con pies y codos, sino un anorak con sensores que activan sonidos y efectos especiales mientras interpreta a Bach golpeando con pelotas de malabares una caja electrónica.

Quien crea que el circo es cosa de hogaño, en esta selección de números presentados en el Be Festival de Birmingham comprobará que lo es de pasado mañana. Tom Cassani, el faquir, actor magnético, perito en la creación de climas inquietantes, maneja tempos y silencios con pericia de prestidigitador. El franco-israelí Kulu Orr, malabarista tecnológico, controla digitalmente la edición de video en tiempo real, mueve los focos pulsando una guitarra, encadena sorpresas bienhumoradas y se dirige al público en castellano, con gracioso acento, mientras cuatro espectadores le ayudan a interpretar un canon pulsando los sensores de su indumentaria.

Marc Oosterhoff abre el programa con Cuídate, espectáculo donde recrea con humor sutil números clásicos, el primero de los cuales combina agudamente destreza acrobática, torpeza fingida y la sensación de que el riesgo se incrementa a cada chupito que el artista bebe antes de dar un nuevo mortal hacia atrás. La pausa con la que, mientras fuma, observa los cuchillos que lanzó, evoca el estatismo contemplativo de ciertas obras cortas de Beckett.

La variedad de números breves que, con la sensación de peligro como máximo común divisor, presenta el artista suizo, su sentido del humor sutil, la manera en la cual alterna limpieza en la ejecución y desaliño, le sitúan en la estela del gran excéntrico Johann Le Guillerm, poeta de la incertidumbre.

Porque lo advierten los organizadores del Be Festival al comienzo del programa y se comenta en el coloquio posterior, si no parte del público, joven mayoritariamente, se iría a casa sin saber que vio circo, tal es el aspecto con el cual se visten hoy números de siempre, renovados a través de los siglos por artistas geniales de los cuales Oosterhoff, Cassani y Orr son sucesores dignos.

Best of Be 2018. Madrid: Teatro de La Abadía, hasta el 28 de octubre. Durango: San Agustín Kultur Gunea, día 31. Pamplona: Teatro Gayarre, 6 de noviembre. Vitoria: Teatro Jesús Ibáñez, día 7. Lekeitio: Arropaineko Arragua, día 10.

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