Viaje mental

'Winterreise', de Schubert, nos invita a bucear en nuestros demonios ocultos. Mark Padmore y Kristian Bezuidenhout logran que todo sea delicado y a la vez desasosegante

En invierno, escuchar Winterreise, de Schubert, al menos una vez debería ser una asignatura obligada para todos, al margen de edades, de credos, de dolencias físicas o espirituales, de estados anímicos. La peripecia invernal de su protagonista es un viaje más mental que real que nos invita a bucear en nuestros propios demonios ocultos y a escudriñar nuestros miedos. Mark Padmore es un tenor lírico con una enorme capacidad para llenar de tragedia, hondura y desamparo este largo monólogo interior, un viacrucis en 24 estaciones que cu...

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En invierno, escuchar Winterreise, de Schubert, al menos una vez debería ser una asignatura obligada para todos, al margen de edades, de credos, de dolencias físicas o espirituales, de estados anímicos. La peripecia invernal de su protagonista es un viaje más mental que real que nos invita a bucear en nuestros propios demonios ocultos y a escudriñar nuestros miedos. Mark Padmore es un tenor lírico con una enorme capacidad para llenar de tragedia, hondura y desamparo este largo monólogo interior, un viacrucis en 24 estaciones que cuenta con la complicidad de un Kristian Bezuidenhout que toca un piano Graf contemporáneo de Schubert como quien desgrana las cuentas de un rosario. Todo es delicado por fuera y desasosegante por dentro.

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