Un disco orgánico

Eli Keszler firma un trabajo contundente en torno a su batería con recursos que remiten a la música contemporánea, el rock minimalista, el jazz de vanguardia o el dub jamaicano

Aunque el centro de su acción artística sucede alrededor de los instrumentos de percusión, el norteamericano Eli Keszler es también artista visual y multiinstrumentista.“Last Signs of Speed [su primer trabajo como solista desde 2011] es la respuesta al hecho de tocar en clubes de electrónica en los últimos años; un intento de negociar y encontrar el equilibrio”, dice, “entre lo delicado de mi set acústico y el hipermediatizado ecosistema sonoro de los sound systems de estos clubes”. Lo cierto es que Keszler ha firmado un disco orgánico que gira en torno a su batería, pero inc...

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Aunque el centro de su acción artística sucede alrededor de los instrumentos de percusión, el norteamericano Eli Keszler es también artista visual y multiinstrumentista.“Last Signs of Speed [su primer trabajo como solista desde 2011] es la respuesta al hecho de tocar en clubes de electrónica en los últimos años; un intento de negociar y encontrar el equilibrio”, dice, “entre lo delicado de mi set acústico y el hipermediatizado ecosistema sonoro de los sound systems de estos clubes”. Lo cierto es que Keszler ha firmado un disco orgánico que gira en torno a su batería, pero incluye recursos estéticos que remiten a la música contemporánea, el rock minimalista, el jazz de vanguardia o el dub jamaicano; etéreo y lejano al tiempo que rotundamente contundente.

Eli Keszler. Last Signs of Speed. Empty Editions

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