Opinión

Cultura

A pesar de la política cultural del PP, RTVE contiene en sus cadenas colaterales los mejores espacios de difusión cultural

De la cultura popular a la cultura de los Populares hay un trecho sideral y sin embargo una de las armas de destrucción política masiva, RTVE, contiene en sus cadenas colaterales los mejores espacios de difusión cultural de todas las televisiones. La 2 rindió homenaje el jueves con un programa especial, una fiesta y una exposición a los 25 años de Días de cine, con un recuerdo especial a quien lo dirigió y presentó durante 13 años, el mejor monologuista de cine, Antonio Gasset. Sus breves, lúcidas y corrosivas entradillas aún se añoran. Al fin y al cabo fue Godard el que dijo que “el ...

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De la cultura popular a la cultura de los Populares hay un trecho sideral y sin embargo una de las armas de destrucción política masiva, RTVE, contiene en sus cadenas colaterales los mejores espacios de difusión cultural de todas las televisiones. La 2 rindió homenaje el jueves con un programa especial, una fiesta y una exposición a los 25 años de Días de cine, con un recuerdo especial a quien lo dirigió y presentó durante 13 años, el mejor monologuista de cine, Antonio Gasset. Sus breves, lúcidas y corrosivas entradillas aún se añoran. Al fin y al cabo fue Godard el que dijo que “el cine es el fraude más hermoso del mundo”.Cosa distinta es la política cultural del PP, probablemente uno de los fraudes más feos del mundo. No sólo mantuvo, y mantiene, ese rencoroso 21% de IVA en los espectáculos y se ha opuesto a desarrollar una Ley del Mecenazgo acorde con los tiempos que vivimos sino que, ya en plan alarde, Hacienda decidió bloquear al Ministerio de Cultura el dinero de los premios Cervantes y los nacionales. Un dato: el gasto total son 900.000 euros, el chocolate del loro o si lo prefieren, el 0,5% del coste y mantenimiento del aeropuerto de Castellón. Cine pero también literatura. En Conservatorios en Casa de América, (24h), pudimos escuchar el viernes a uno de los grandes creadores españoles, Caballero Bonald, y pudimos hacerlo con la tranquilidad y el tiempo suficientes para apreciar una vez más su sencillez y sentido común. Pertenece a ese grupo de escritores en los que la egolatría brilla por su ausencia. Un placer. Como placentero fue escuchar el pasado martes a Fernando Aramburu en Página 2 hablar de Patria, su última novela, a la que José-Carlos Mainer en EL PAÍS describió como “una novela memorable sobre la deriva fascista de Euskadi”. Añádanles La mitad invisible o la serie Imprescindibles y comprenderán el que una televisión pública pueda, incluso, llegar a ser digna.

 

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