DISCOS

Música de baile perfecta para todos

La obra del alemán Hendrik Weber (Pantha du Prince), algo conformista, añade a la ecuación la nostalgia que se cultivó en su país en la década pasada

El cada vez más popular house minimal es la música de baile perfecta para todos, sibaritas o no: íntima que no individualista; flexible y versátil. Con recetas accesibles, se mueve entre lo orgánico y esa frialdad cirujana que se le achaca al tecno.

La obra del alemán Hendrik Weber —el hombre tras el alias Pantha du Prince—, algo conformista, añade a la ecuación la nostalgia que se cultivó en su país en la década pasada (indietrónica), y, mediante capas de percusiones de metales, campanas, crótalos y beats, crea melodías abiertas y diáfanas que te llevan del T...

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El cada vez más popular house minimal es la música de baile perfecta para todos, sibaritas o no: íntima que no individualista; flexible y versátil. Con recetas accesibles, se mueve entre lo orgánico y esa frialdad cirujana que se le achaca al tecno.

La obra del alemán Hendrik Weber —el hombre tras el alias Pantha du Prince—, algo conformista, añade a la ecuación la nostalgia que se cultivó en su país en la década pasada (indietrónica), y, mediante capas de percusiones de metales, campanas, crótalos y beats, crea melodías abiertas y diáfanas que te llevan del Tíbet a la puerta del club en un parpadeo. Lo mejor, cuando se pone religioso, cuando suena como un alumno sensible de un taller de William Basinski.

The Triad. Pantha du Prince. Rough Trade

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