‘El Príncipe’, el yihadismo en los tiempos de Romeo y Julieta

La niña bonita de Telecinco regresa con grandes dosis de acción y una espectacular persecución en La Valeta (Malta)

Hiba Abouk y Álex González, en 'El Príncipe'.

El Príncipe fue uno de los grandes éxitos de Telecinco en 2014, una serie que sirvió para lavar la cara y renovar la apuesta de la cadena en lo que se refiere a ficción nacional. La niña bonita ha regresado para intentar salvar la complicadísima noche de los martes (la batalla es feroz en lo que se refiere a audiencias).

La segunda y última temporada de la serie (que se emitirá en dos partes, con descanso vera...

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El Príncipe fue uno de los grandes éxitos de Telecinco en 2014, una serie que sirvió para lavar la cara y renovar la apuesta de la cadena en lo que se refiere a ficción nacional. La niña bonita ha regresado para intentar salvar la complicadísima noche de los martes (la batalla es feroz en lo que se refiere a audiencias).

La segunda y última temporada de la serie (que se emitirá en dos partes, con descanso veraniego de por medio) arranca con todos los ingredientes que hicieron de El Príncipe un éxito. Desde los primeros compases se nota que es un órdago a la grande: una espectacular persecución en La Valeta (Malta, hasta allí se marcharon a grabar) da el pistoletazo de salida a hora y cuarto de acción e intriga que planta las semillas para los capítulos que vendrán. La trama yihadista que se presentó en la primera entrega continúa y se extiende, con ramificaciones internacionales y su relación con la venta de droga.

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Si por algo se caracteriza El Príncipe es por ese ritmo frenético que mantiene a los espectadores enganchados sin remedio. Solo concede alguna tregua para mostrar ese amor imposible entre Fátima y Morey, esa pareja de guapos (Hiba Abouk y Álex González) cuya relación se vio truncada por el disparo con el que el segundo frustró el afán terrorista del hermano de la primera. Obviamente, a la temporada le quedan muchos capítulos por delante y ese romance, una de las piedras angulares de la serie, para bien y para mal, dará muchas vueltas.

El Príncipe tiene sus fallos (problemas interpretativos, altibajos en el desarrollo...), pero como serie española tiene bastantes virtudes. José Coronado es una de ellas. Y esa capacidad para atar al espectador al sofá, tanto por la acción y sus giros de guion como por el atrevimiento al tratar un tema tan peliagudo como el del yihadismo o ese desfile de caras bonitas y cuerpos 10. Que todo suma.

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