CRITICA

Un debate plural y educado

La diferencia a favor del 'El debate de La 1' con respecto a las tertulias cotidianas fue que se ofrecieron análisis más interesantes que los que suelen ofrecer los que polemizan desde la lectura del diario del mismo día

Dos consideraciones generales: los expertos en distintas disciplinas aportan mucha más información y pluralidad de enfoques ante cuestiones como la situación en Cataluña que los profesionales de las tertulias y, por supuesto, que los políticos. Julio Somoano, por su parte, es la reencarnación del Dr. Jekyll y Mr. Hyde: en el programa El debate de La 1 se mostró ecuánime, sin afán protagonista y muy correcto en la entrevista grabada al expresidente Zapatero. Era el doctor Jekyll. Los servicios informativos que dependen de él ofrecen una versión de los hechos exclusivamente oficialista:...

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Dos consideraciones generales: los expertos en distintas disciplinas aportan mucha más información y pluralidad de enfoques ante cuestiones como la situación en Cataluña que los profesionales de las tertulias y, por supuesto, que los políticos. Julio Somoano, por su parte, es la reencarnación del Dr. Jekyll y Mr. Hyde: en el programa El debate de La 1 se mostró ecuánime, sin afán protagonista y muy correcto en la entrevista grabada al expresidente Zapatero. Era el doctor Jekyll. Los servicios informativos que dependen de él ofrecen una versión de los hechos exclusivamente oficialista: no hay pluralidad y está al servicio del Gobierno. Véase para ello el tratamiento informativo que está aplicando al caso de la enfermera infectada de ébola. Es el señor Hyde.

'Cataluña, ¿ahora qué?' fue el tema propuesto en la nueva temporada del programa. Seis invitados elegidos con un criterio plural: desde representantes de Ómnium Cultural y La Vanguardia, al presidente de Societat Civil Catalana, una experta en derecho Constitucional, una economista y lo que podríamos llamar "un verso libre de la sociedad con una especial proclividad a la provocación", es decir, Arcadi Espada.

Llegaron con unas ideas sobre el tema, las mismas con las que se marcharon. Con todo, la diferencia a favor del programa con respecto a las tertulias cotidianas fue la de que se ofrecieron análisis más interesantes que los que suelen ofrecer los que polemizan desde la lectura del diario del mismo día.

La constitucionalista Teresa Freixes, por ejemplo, explicó muy bien los tres conceptos básicos de los países que integran la UE: Estado de Derecho, Democracia y Derechos Humanos, por ese orden. Previamente había considerado que el president Mas no está acatando la Constitución, es decir, la norma básica del Estado de Derecho. Tampoco dudó en explicar que si Cataluña se independizara, saldría de la Unión Europea, ratificando las distintas repuestas de Bruselas a preguntas de varios eurodiputados, algo que Vicent Sanchis, vicepresidente de Ómnium Cultural, se negó a admitir con la fe de los iluminados. Apabullante su consideración de que "me da en la nariz que si en Escocia hubiera ganado el "sí", Europa buscaría la fórmula de incorporarla a la Unión Europea".

Las distintas y breves intervenciones grabadas de los políticos profesionales fueron simplemente la ratificación de sus discursos cotidianos. En resumen: un buen debate, sin griterío ni pisarse la palabra unos a otros, con opiniones inteligentes y que finalizó a las 01.30 horas de la madrugada, un horario correcto para un país con cinco millones de parados que no tienen que madrugar.

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