El corazón del artista

Las pinturas negras son el perfecto resumen de la larga trayectoria del artista Juan Uslé

'Soñé que revelabas (El puente)', 2004.

La pintura se vuelve noche y el palpitar del corazón marca el recorrido. Son las pinturas negras en la obra de Juan Uslé (Santander, 1954) el perfecto resumen de su larga trayectoria. Desde esta singularidad temática o sintáctica, y sin plantearse revisitar su producción, esta exposición logra comunicar y emocionar con miradas en el límite de la oscuridad y la luz. El Kunstmuseum Bonn, en colaboración con el CGAC, presentaba hace unos meses el cuerpo central de estas pinturas negras que Uslé comenzó en 1997, bautizadas como ...

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La pintura se vuelve noche y el palpitar del corazón marca el recorrido. Son las pinturas negras en la obra de Juan Uslé (Santander, 1954) el perfecto resumen de su larga trayectoria. Desde esta singularidad temática o sintáctica, y sin plantearse revisitar su producción, esta exposición logra comunicar y emocionar con miradas en el límite de la oscuridad y la luz. El Kunstmuseum Bonn, en colaboración con el CGAC, presentaba hace unos meses el cuerpo central de estas pinturas negras que Uslé comenzó en 1997, bautizadas como Soñé que revelabas. Ahora podemos visitar esas veinte piezas. En la sala central se disponen las más lejanas en el tiempo, identificadas por su intensa oscuridad, acompañadas, a ambos extremos en salas contiguas, por aquellas obras de factura más reciente, con superficies permeables a la luz y las más interesantes por sus hallazgos de equilibrios entre emoción y factura. Un grupo de pinturas singulares que presentan un largo desarrollo sin orden cronológico e íntimamente relacionado con el estudio, resultado de una metodología basada en la realización de las obras durante la noche, trazando cada pincelada sincronizada con el latido del corazón del artista. Este conjunto es algo más que objetos: son cartografías vivenciales, registros cómplices de vigilias que arropan diálogos entre el pintor y su oficio. Superficies que liberan la pulsión de lo cotidiano, instalado en movimientos rítmicos de pincel: líneas, cuadros, zigzags y trazos cada vez más meditados, trasparentes. La atmósfera coral de la exposición se diluye al asomarse a cada obra, para advertir la melodía cromática, metódica pero única, de lugares donde resisten la mirada y la pintura.

Juan Uslé. Luz oscura. CGAC. Ramón del Valle-Inclán, 2. Santiago de Compostela. Hasta el 28 de septiembre.

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