CRÍTICA / DISCOS

Ambientes y colores

Ricardo Moreno ofrece puro placer para los sentidos en este disco Vodevil Vargas

No se recomienda aproximarse a este álbum —inicio de una trilogía— sin manejar antes unas referencias mínimas de sus intenciones o no se comprenderá nada. Y es que lo que propone el guitarrista sevillano Ricardo Moreno es una obra conceptual ambientada en la Sevilla de 1975, de ahí sus diferentes ambientes y colores: ora sinfónico, ora progresivo, ora nutriéndose del añejo rock andaluz. Son piezas instrumentales que vienen acompañadas en el libreto del CD de un texto a modo de narración para seguir durante la escucha, como si fuera una suerte de suitemultidisciplinar, en la que se rel...

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No se recomienda aproximarse a este álbum —inicio de una trilogía— sin manejar antes unas referencias mínimas de sus intenciones o no se comprenderá nada. Y es que lo que propone el guitarrista sevillano Ricardo Moreno es una obra conceptual ambientada en la Sevilla de 1975, de ahí sus diferentes ambientes y colores: ora sinfónico, ora progresivo, ora nutriéndose del añejo rock andaluz. Son piezas instrumentales que vienen acompañadas en el libreto del CD de un texto a modo de narración para seguir durante la escucha, como si fuera una suerte de suitemultidisciplinar, en la que se relata un drama alrededor de la caída de un bailaor a lomos del caballo. Pero una vez conocido su sentido, el oyente puede olvidarse de todo y dejarse llevar por unas músicas evocadoras del rock de los setenta facturadas con gusto y que son puro placer para los sentidos. Es una obra ambiciosa e insólita, sí, pero también de enorme calidad. 

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