Así trabaja el equipo de Última Hora de EL PAÍS
Casi una decena de periodistas se encarga de narrar los principales acontecimientos noticiosos al minuto en la web del diario
Guerra en Europa. Día 48. Hace más de un mes que el diario EL PAÍS actualiza la última hora a destajo. Siempre lo hace, pero desde entonces, el equipo que lleva el mismo nombre, Última Hora, se afana expresamente en no perderse un detalle para narrarlo en directo. Y hay directos y directos, pero el que este equipo hace de la guerra de Ucrania se ha convertido desde hace más de 40 días en una de las piezas principales de la web. Qué ha pasado en las últimas horas es seguramente el directo más complejo, largo y de mayor colaboración que se ha realizado en el periódico. A menudo se trata de la noticia más leída del día, lo primero que consultan los lectores al acudir a la portada. Es como una larga crónica de la guerra, actualizada al minuto por orden cronológico, verificada al instante por otro equipo de periodistas. El resultado: dos millones de visitas en un día.
¿Pero quién compone el equipo de Última Hora? “Son probablemente los más rápidos del periódico”. Quien habla es Pilar Álvarez, la jefa y coordinadora de este grupo de seis redactores que ella misma coordina. Habla de Thiago Ferrer, Diego Fonseca, Mónica Luengo, Álvaro Corcuera, Mª Victoria S. Nadal y Tiziana Trotta, los componentes del equipo. Los redactores se refieren a la sección con numerosos sobrenombres: es el corazón del periódico, el centro neurálgico, el motor del diario. Para Álvarez, “es la sala de máquinas, junto a la sección que se encarga de la web, la Mesa Digital”. ¿Su función? Dar el primer impacto de una noticia. Son los encargados de la primera publicación de la actualidad. A veces dan solo un primerísimo párrafo como adelanto de una noticia que acaba de ocurrir: un suceso, un atentado, la intervención del presidente ucranio Volodimir Zelenski en el Congreso. Las noticias se actualizan con los minutos, hasta que la sección correspondiente asume la pieza con más profundidad.
Álvaro Corcuera, redactor de la sección, habla de las funciones del día a día en Última Hora mientras hace al menos cuatro tareas a la vez. No se despega de cómo caen los teletipos de las agencias, ni del chorro incesante de Twitter. Para narrar la invasión rusa, él mismo ha confeccionado en la red del pajarito una lista de 149 cuentas: periodistas sobre el terreno, agencias, fotógrafos. Cada redactor tiene la suya. A veces las comparten, se adscriben a las de los compañeros. Todo suma.
Pero estas no son las únicas fuentes de información de Última Hora. Cualquiera que se preste en este equipo tiene activadas las alertas de los principales medios de comunicación. “Nos sirven de inspiración”, dice Corcuera. “Todo es multicanal”, añade en referencia a la variedad de herramientas empleadas. Porque los redactores Corcuera, Ferrer o Sánchez, usan el ordenador, reciben alertas en el móvil, miran las tendencias de búsqueda en Google y no es extraño que sintonicen varias cadenas de radio y televisión a la vez. Para la cobertura de la guerra, los barridos a los medios anglosajones son constantes. The Guardian, la BBC, el Washington Post o el New York Times no pueden faltar. Como sus compañeros, Corcuera sigue la última hora en grupos ucranios y rusos de Telegram, donde la periodista ucrania del periódico, Margaryta Yakovenko, les echa una mano imprescindible con los idiomas, más allá de los traductores.
Hay mucho más detrás de esta sección, que empieza rastreando lo que ocurre desde las 6 de la mañana y continúa hasta la medianoche ―cuando el equipo de EL PAÍS México les da el relevo―. La Última Hora del periódico también se rige en un chat de Whatsapp de unos 64 integrantes. “Algo así como una especie de inteligencia colectiva para llegar a una conclusión”, analiza Corcuera. Aquí comparten y comentan redactores de casi todas las secciones. Están los siete componentes del equipo, los ejecutores, pero también opinan los periodistas de Internacional, el equipo de Mesa ―los responsables de la web―, redactores jefes y algunos subdirectores.
Pero casi no se puede entender Última Hora sin el equipo de la web: la llamada Mesa Digital. Juntos constituyen el epicentro del periódico, física y metafóricamente. La Mesa es el grupo de periodistas que ejecuta y sostiene la entrada a la web, los que diseñan el primer vistazo de bienvenida, donde cabe todo lo importante. Aquí, a diario, surgen ideas para cambiar los titulares del directo, valoran si una noticia merece una apertura o si se debe enviar una alerta a los móviles de los lectores. En ocasiones aconsejan a las secciones cómo mejorar titulares para que tengan más impacto. Lo saben porque no se despegan de las estadísticas, saben qué funciona y qué no. Conocen en qué momento deja de leer el lector una noticia, qué busca en Google para encontrar un tema o por qué vías acceden al periódico.
Por eso, un mismo tema puede cambiar en la web hasta 10 veces. “En la portada usamos diferentes modelos e innovamos sobre cómo destacar las noticias. Jerarquizamos”, dice Ignacio Touza, el jefe de la web del periódico. Mientras explica qué es la Mesa y cómo se trabaja en la portada en coordinación con Última Hora, Touza mira de reojo el video wall. Justo en frente de las secciones de Última Hora, Mesa, Redes Sociales y Fotografía, seis pantallas enormes ―que ocupan toda una pared― proyectan lo esencial del tráfico del diario. De un solo vistazo, todos ven aquí qué noticias se leen en tiempo real, qué muestran las diferentes portadillas del diario o qué destacan en portada otros medios de referencia. Desde hace unos días, hay también aquí un gran mapa de Ucrania; un recurso útil para ubicar rápidamente qué sucede en el frente. El propósito: que las secciones operen de la forma más ágil y acorde a la última hora.
Tampoco falta la verificación. Solo para el directo sobre la guerra, una pareja de redactoras conforma un pequeño tándem. Son Brenda Valverde y Marisa López, dos periodistas que refuerzan la comprobación de cualquier información antes de su publicación. Pero la Última Hora es mucho más que la guerra y su directo. En esencia, es el ahora, sea la temática que sea. Su jefa, Pilar Álvarez, valora su evolución. A veces, una tímida noticia se convierte en un directo ininterrumpido de información, como la larga crónica del coronavirus, que no se sabe cuándo acaba. “Es una sección llena de adrenalina, con muy buen ambiente, donde ves crecer los temas poco a poco”.