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Joseph Oughourlian, presidente de EL PAÍS: “Las redes sociales necesitan de la polarización”

Los editores de la alianza de periódicos europeos LENA advierten de los desafíos que representan los gigantes tecnológicos en la celebración del 10º aniversario de la asociación

El orden internacional liberal empieza a ser casi un recuerdo. Mientras la guerra en Ucrania y en Gaza sacuden en la memoria escenas de otro siglo, el auge del populismo y la ultraderecha zarandean democracias asentadas. En Europa el desafío ya no viene solo del Este, de la mano de autócratas como Vladímir Putin. El autoritarismo y la desestabilización asoman también desde Estados Unidos: Donald Trump estira su poder más allá de los confines del Despacho Oval, con ayuda de la oligarquía tecnológica. El papel de la prensa como fiscalizador y contrapeso nunca ha sido más necesario, pero jamás ha estado tan amenazado.

Como ha explicado este miércoles Joseph Oughourlian en la sede del diario belga Le Soir en Bruselas,las plataformas digitales necesitan polarización". El presidente del Grupo Prisa y de EL PAÍS ha advertido en un debate organizado con motivo de la celebración del 10º aniversario de LENA —la alianza de periódicos europeos líderes, por sus siglas en inglés, que agrupa a siete diarios, entre ellos EL PAÍS— que desde esas redes tecnológicas se acusa a la prensa de calidad de tener “un poder político” similar al que tenía cuando el debate público no estaba condicionado, precisamente, por estas redes sociales. Esas redes buscan atraer no en base a la información, sino el entretenimiento, como en su momento hacía la televisión. “Tratan de enganchar al público durante horas. Es difícil lograrlo leyendo un artículo serio [todo ese tiempo]. Para hacerlo, necesitan entretenimiento, polarización, peleas, que sucedan cosas increíbles”, ha desarrollado.

En el encuentro, los directivos asociados a LENA señalaron algunas de las grandes amenazas que ponen en riesgo el futuro del sector de los medios tradicionales. Algunos de los principales males a los que se enfrentan provienen de los gigantes tecnológicos estadounidenses —Google, Amazon, Meta, Apple, X y, en los últimos tiempos, herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT, de Open AI—, que ponen en cuestión no solo el modelo de negocio y la sostenibilidad económica. También, cada vez más, atacan abiertamente a la credibilidad del oficio y tratan de influir en la política interna de los Estados miembros de la Unión Europea, como hace indisimuladamente Elon Musk a través de la red social X.

No obstante, no todo en las plataformas digitales y en las nuevas tecnologías son problemas, como ha señalado Pietro Supino, presidente del grupo TX, empresa editora de La Tribune de Genève. “Las plataformas también tienen efectos positivos”, afirmó. “Plantean cuestiones fundamentales, como la necesidad de educación en materia de alfabetización mediática. No podemos conseguir eso mediante la censura. Sería antiliberal”, ha añadido. Si bien, ha reclamado regulación, no indiscriminada ni en todos los campos. Pero sí en el sector digital, porque “hay una especie de salvaje oeste”.

La publicidad digital, como han señalado, es vital para la supervivencia del sector editorial y los medios necesitan una regulación que les garantice que el control del contenido que producen, y que estas compañías canibalizan. En un entorno que encadena varias crisis en las últimas décadas, la Inteligencia Artificial (IA) ha irrumpido para terminar de desestabilizar al sector y arrebatarle el dominio sobre la información que produce.

La libertad de prensa está además más comprometida que nunca en algunos países europeos y con ella la defensa de los valores democráticos. Como explicó Bartosz T. Wielinski, director adjunto del diario polaco Gazeta Wyborcza, en su país “las plataformas digitales están siendo utilizadas” en esta dirección. “En Polonia, si lo midiéramos, parecería que la población es prorrusa”. En países como la Hungría de Viktor Orbán, advirtió, apenas quedan medios independientes, asfixiados por un poder con tintes autoritarios que acalla las voces críticas.

“El clima político ha cambiado para la democracia. Tenemos políticos y creadores de opinión que creen que la democracia es algo obsoleto. La red de personas que intentan desmantelar la democracia está ahí, financiada por Estados Unidos y Rusia”, ha continuado Wielinski.

Los editores también han abordado el futuro del modelo de negocio que, como ha señalado Oughourlian, afronta su siguiente reto con la inteligencia artificial. “Es la próxima gran batalla. En cierto modo, nuestra industria fue un poco ingenua cuando aparecieron las redes sociales y nos quitaron nuestros datos y nuestra información, y nosotros estábamos encantados de ofrecer nuestro trabajo gratis hace 20 años. Pero creo que hemos aprendido la lección. La inteligencia artificial ha entrenado sus modelos con nuestros datos. Deberían revelar sus fuentes. ¿De dónde han sacado esa información de Internet?“, ha señalado. Y ha añadido que, en su opinión, “la prensa puede ser una inversión realmente atractiva para los inversores, pero está en transformación y habrá ganadores y perdedores”.

En un escenario preocupante, alianzas como la de los medios de LENA, cuyos representantes mantuvieron este miércoles un almuerzo de trabajo con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, demuestran aquello de que la unión hace la fuerza. Los periódicos, pequeños y grandes, de líneas editoriales en ocasiones opuestas —conservadores, como el francés Le Figaro y el alemán Die Welt, y progresistas como EL PAÍS y el italiano La Repubblica—, comparten contenido, recursos y proyectos. Y demuestran que en un mundo extremadamente polarizado todavía hay espacio para cooperar más allá de ideologías.

Como dijo este miércoles Béatrice Delvaux, directora de Opinión de Le Soir, la fundación de Lena 10 años atrás, “fue crucial” porque permitió a los miembros compartir información y herramientas al servicio de su “única misión: establecer los hechos, con total independencia”. La unión de los siete periódicos “es aún más valiosa hoy en día, frente a la otra alianza que se ha materializado desde entonces entre plataformas, personas influyentes y poderes políticos antiliberales”.

Giuliano da Empoli: “La gente se sorprende porque Musk apoye la ultraderecha”

Antes del debate entre los editores, ha participado en el acto el ensayista y sociólogo Giuliano da Empoli, autor de libros como El mago del Kremlin y Los ingenieros del caos. El italiano-suizo, en su intervención, ha mostrado su asombro porque “la gente está sorprendida por la actitud de [Elon] Musk apoyando a la ultraderecha”. Y ha concluido: “Claro que se van a alinear con los líderes populistas. Son personas excéntricas. No quieren reglas. Quieren escapar de todo eso”.

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