Qué se juegan la derecha y la izquierda en las elecciones municipales de Chile
Los partidos del oficialismo y la oposición miden sus fuerzas en los comicios locales, el puntapié inicial de la campaña parlamentaria y presidencial de 2025
Chile celebra este domingo el segundo y último día de las elecciones municipales y regionales. Cerca de 15,5 millones de votantes están llamados a las urnas en los primeros comicios para elegir alcaldes, concejales, gobernadores y consejeros regionales (cores) con sufragio obligatorio. Estas elecciones de medio mandato son un termómetro clave para medir la fuerza de los partidos políticos en la antesala de las elecciones parlamentarias y presidenciales de fines de 2025, por lo que, tanto las formaciones de las derechas como de la izquierda se juegan la hegemonía de su sector. El escenario, sin embargo, es complejo para ambos sectores. Cada uno llega golpeado por distintas crisis y con una desafección política de la ciudadanía que llega a niveles históricos. A partir de las 18.00 horas, cuando cierren las urnas, se sabrá cuánto rédito consiguieron de una campaña en la que casi no aparecieron las siglas partidistas y donde la seguridad, la principal preocupación de los chilenos, permeó transversalmente las propuestas de los candidatos.
Las derechas buscan sacudirse el desplome de la última elección municipal y regional, de 2021, cuando pasó de tener 145 alcaldías a 88. Todos los pronósticos indican que va a mejorar sus números, ya que la vara de inicio es muy baja. Sin embargo, no lograron presentarse en una única lista y la dispersión les puede jugar en contra. La derecha tradicional, Chile Vamos (Renovación Nacional, Unión Demócrata Independiente y Evópoli) se presenta unida en las elecciones de alcaldes y gobernadores regionales, y se dividirá en los comicios de concejales y consejeros regionales. Por su parte, el Partido Republicano —liderado por el excandidato presidencial José Antonio Kast— , y el Partido Social Cristiano —una formación conservadora vinculada a las iglesias evangélicas— compiten con sus propias listas para todos los cargos.
Una de las interrogantes es si el Partido Republicano conseguirá instalarse como el primer partido de la oposición. No llegan a tener 60 candidatos a alcaldes, de las 345 comunas en disputa, pero sí llevan aspirantes a concejales en casi todo Chile. A diferencia de los líderes municipales, que son rostros más familiares para los votantes y encarnan campañas personalistas, los electores no suelen registrar los nombres de los concejales, por lo que tienden a votar por el que sea del partido político con que simpatizan. Eso reviste de importancia el porcentaje que obtenga cada formación en las autoridades locales de ese rango. Es, según los expertos, su capital para negociar en las listas de candidaturas parlamentarias que se celebran un año después. Si los republicanos logran superar a los otros cuatro partidos de su sector, la figura presidencial de Kast va a tener un reimpulso tras un año de retroceso, según los pronósticos del analista electoral Pepe Auth en EL PAÍS.
Otra duda es si el Caso Audios, protagonizado por el penalista Luis Hermosilla, imputado por soborno, delitos tributarios y lavado de activos, va a golpear a Chile Vamos, ya que uno de los nombres que se ha visto más salpicado por la información filtrada hasta ahora de los chats del abogado es Andrés Chadwick, primo y exministro del Interior en las dos Administraciones de Sebastián Piñera (2010-2014, 2018-2022), periodo en el que Hermosilla fue un importante asesor legal de la cartera. Chadwick es fundador de la UDI, y renunció el 8 de octubre, después de 41 años de militancia.
La izquierda, por su parte, logró ponerse de acuerdo para ir en una sola lista de alcaldes, conformada por los partidos del oficialismo y el Partido Demócrata Cristiano (DC), de la centro izquierda moderada. En concejales y gobernadores van separados en varios bloques. Por su buen desempeño en 2021, cuando eran oposición y Chile también elegía al primer órgano que redactaría el fracasado proyecto constitucional post estallido social, el horizonte del sector es complejo. Además, son Gobierno. Una de las dudas es si el electorado castigará a los candidatos oficialistas por los problemas nacionales, como la crisis de seguridad, salud y educación. O por la denuncia por presunto abuso sexual y violación en contra de Manuel Monsalve, el renunciado subsecretario del Interior del Gobierno de Boric, quien estaba a cargo de la seguridad pública hasta el 17 de octubre, cuando debió renunciar. Tradicionalmente, estas elecciones son las únicas que enfrenta una Administración, por lo que tienen un carácter plebiscitario a la gestión del Ejecutivo. Estas municipales, sin embargo, son las cuartas elecciones durante el Gobierno de Boric.
En 2021, el Frente Amplio (FA) sobrepasó a los partidos de centroizquierda y a los de la derecha, a los que les arrebató importantes municipios. Tres de ellas, muy emblemáticas para la actual oposición: Maipú, la segunda comuna con más habitantes en el país (unos 520.000); Ñuñoa, en la zona oriente de Santiago, y Viña del Mar. El Partido Comunista (PC), por su parte, se quedó con la alcaldía del municipio de Santiago, el de mayor simbolismo en Chile, que estaba en manos de la derecha. Las proyecciones indican que el oficialismo va a retroceder, pero lo que suceda en estos cuatro territorios —independiente de los resultados generales— será clave para medir el estado anímico de los chilenos sobre la coalición original del mandatario (PC y FA). La mayor alegría que se prevé para La Moneda es que Tomás Vodanovic (FA), que va por la reelección en Maipú, se convierta en el alcalde electo con el mayor número de votos en Chile.
En la izquierda, también está en juego la hegemonía del sector. El gallito se produce entre todos los partidos, pero hay especial interés en cómo se desempeñará la coalición original de Boric y el conglomerado del Socialismo Democrático, que aglutina a las formaciones de la exConcertación, que gobernó Chile entre 1990 y 2010. El sociólogo y politólogo Alfredo Joignant plantea en una columna de EL PAÍS que, lo peor que podría pasar es que las elecciones “no diriman en absoluto la pregunta por la hegemonía al interior de las izquierdas”. “Es una probabilidad cierta en que se produzca un equilibrio general, en el que todos ganan, nadie pierde, y se reproduce el status quo”, sostiene.
Esta medición de fuerzas de los partidos ocurre cuando solo el 1% de los chilenos confía en ellos, según la última encuesta Bicentenario de la Universidad Católica. Conscientes del desprestigio que viven las formaciones, más de un millar de personas recolectaron firmas para competir como alcaldes independientes y 675 lo lograron, un 26% más que en las municipales de 2021, según el Servicio Electoral (Servel). Además, están los independientes apoyados por pactos. En la lista de Chile Vamos, el 46% de los candidatos a alcaldes y gobernadores regionales son independientes, mientras que en la lista única de la izquierda, representan más de un 40%, según el Centro de Estudios Públicos (CEP). Por lo que puede que las formaciones acaben celebrando triunfos indirectos, pero triunfos al fin.