Admisión a carreras de pedagogías: más allá del puntaje
Este debate muestra la tensión entre el fortalecimiento de la profesión docente, a través del aumento de criterios de selectividad, y la necesidad de frenar el déficit proyectado de docentes al año 2030 en el país
El Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) y el Consorcio de Universidades del Estado (CUECH) han solicitado postergar el aumento de las exigencias de ingreso a los programas de pedagogía a través de puntajes PAES (Prueba de Acceso a la Educación Superior) y ranking de notas, determinado por la ley que creó el Sistema de Desarrollo Profesional Docente, lo que ha intensificado el debate sobre la admisión a estas carreras en las últimas semanas.
Este debate muestra la tensión entre el fortalecimiento de la profesión docente, a través del aumento de criterios de selectividad, y la necesidad de frenar el déficit proyectado de docentes al año 2030 en el país. Estos propósitos se discuten como si fueran dicotómicos y pudiesen ser alcanzados sólo modificándose los puntajes de ingreso a las pedagogías a través de la PAES. Ambos propósitos son deseables y necesarios en Chile, pues el estatus de la profesión docente es aún bajo, existen desafíos en el aprendizaje de los estudiantes y la matrícula en pedagogías ha descendido entre los años 2018 y 2022, con una leve recuperación los dos últimos años, pero proyectándose una nueva caída si se aplicasen puntajes más altos de admisión.
Si bien las organizaciones internacionales y la investigación comparada establecen que los países con una profesión docente y un sistema educativo robusto cuentan con criterios de admisión rigurosos, no todos estos países basan su admisión solamente en puntajes de pruebas estandarizadas como la PAES. Generalmente estos puntajes son complementados con otros antecedentes, como entrevistas o cartas de intenciones de los postulantes. Mas aún, la evidencia internacional no muestra un acuerdo respecto a que los puntajes de ingreso en pruebas estandarizadas de admisión universitaria sean predictores del logro de competencias docentes, la retención de profesores en ejercicio y de un mayor desempeño académico y de la persistencia en programas de pedagogía. Por otro lado, en Chile el aumento de puntajes de selección ha tenido consecuencias negativas más evidentes en programas de pedagogía de universidades ubicadas en regiones extremas, cuyas matrículas han disminuido significativamente amenazando su sustentabilidad y la posibilidad de contar con un número de docentes adecuado en algunas especializaciones en estos lugares.
Es necesario entonces ampliar el debate sobre la admisión a las pedagogías más allá de la postergación o el aumento de exigencias de entrada basadas en un puntaje, de manera que podamos fortalecer la profesión docente sin desincentivar sus ingresos.
Una vía de admisión poco conocida son los Programas de Atracción de Talentos Pedagógicos (PATP o PAP), que se crean con el Sistema de Desarrollo Profesional Docente el año 2016. Estos programas permiten a estudiantes de cuarto año de enseñanza media, con buen desempeño escolar e interesados en la docencia, participar en actividades formativas desarrolladas por universidades con la posibilidad de ingresar a las carreras de pedagogía, independiente del puntaje obtenido en la prueba PAES. Los PATP acercan tempranamente la vida universitaria y el trabajo docente a sus estudiantes, permitiéndoles además explorar sus motivaciones y compromiso para convertirse en profesores. La literatura internacional reporta el positivo impacto de estas iniciativas en la motivación para ingresar y permanecer en carreras de pedagogía. En Chile, estos programas son recientes, heterogéneos en su extensión y modalidad (presencial o virtual), y desiguales en las oportunidades de aprendizaje que ofrecen, pues dependen de los fondos que cada universidad dispone. Si bien estos programas son aprobados por el Ministerio de Educación, no reciben financiamiento desde esta institución para su implementación en las universidades.
Es necesario potenciar el impacto que tienen otras formas de ingreso a la formación docente como los PATP, asegurando su adecuado funcionamiento y sostenibilidad, y generando evidencia sobre su contribución al ingreso de más y mejores estudiantes a las carreras de pedagogía. Además, es importante complejizar la discusión sobre qué significa seleccionar mejores candidatos a la docencia, y cuáles son los mecanismos más pertinentes y los criterios más adecuados para lograr este objetivo. El debate sobre establecer mayores exigencias de admisión a las pedagogías para fortalecer la profesión docente no se beneficia cuando se limita al acuerdo o discusión sobre un puntaje estandarizado.
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