La noche chilena pierde el brillo

La apagada vida nocturna de Santiago, que se refleja en sus calles, bares y restaurantes, tiene consecuencias económicas: la capital pierde competitividad frente a otras metrópolis

Un joven camina por el barrio Orrego Luco, en el sector oriente de Santiago.Cristobal Venegas

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Hola queridos lectores:

Luego de un recorrido por varios barrios emblemáticos de la vida nocturna de Santiago de Chile, constaté lo que hace meses vengo escuchando desde distintos círculos: la vida nocturna de la capital chilena ya no es lo que era. El estallido social de 2019 y la pandemia modificaron el panorama post 20.00 horas en la ciudad. Hoy es casi imposible encontrar la cocina de un restaurante abierta a las 23.00 horas, las personas prefieren juntarse en casas, es más barato y seguro, y menos caminar de noche por la ciudad buscando un carrete, como le decimos los chilenos a salir de fiesta. La delincuencia barrió con el bullicio que movía a las principales arterias de Santiago y ni hablar de vitrinear bares para decidir a cuál entrar. Hoy, cuando las personas salen, van de su casa al bar y del bar a su casa. Además, ahora se valora mucho más el acostarse temprano y despertar fresco para hacer deporte. La salud también cambió la relación con la noche.

Es un fenómeno que dimos a conocer en el reportaje que publicamos el sábado pasado. Y que trae varias consecuencias, incluso económicas. Santiago pierde competitividad frente a las otras metrópolis de la región. Es cierto. Nunca fuimos Buenos Aires o Ciudad de México, pero la noche de Santiago ofrecía sorpresas incluso hasta altas horas de la madrugada y había una bohemia que atraía turistas de otras partes del mundo.

Los restaurantes se quejan de que les cuesta sobrevivir en este nuevo paradigma. Máximo Picallo, presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía, Achiga, lo confirma. “La actividad nocturna ha ido decayendo. Hay ciertos barrios en los que, definitivamente, termina a las siete de la tarde”, me dijo.

Para los consumidores la noche ya no seduce tanto. Los altos precios inhiben a las personas a salir. La inflación de los últimos años –llegó a saltar hasta 14% a mediados de 2022– elevó los precios de bares y restaurantes, y aunque el Banco Central indica que el alza se ha moderado y que la inflación podría cerrar este año en 3,8%, los bolsillos aún no logran aplacar las subidas en un contexto en que a la economía le ha costado reflotar. Este año, sin embargo, podría ser mejor. Las expectativas apuntan a que Chile crecerá entre 2% y 3% en 2024. Nuestras esperanzas están que un mejor panorama económico vuelva, entre otras cosas, a encender la vida nocturna de Santiago.

Otras historias

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  • La semana empezó álgida con la detención de los hermanos Daniel y Ariel Sauer y su socio Rodrigo Topelberg, quienes fueron formalizados este martes. Los detalles los escribí en este tema, que invito a leer, donde cuento porqué el escándalo financiero de una empresa de factoring se transformó en un caso de corrupción de magnitudes, que alcanzó hasta al exdirector de la Policía de Investigaciones, Sergio Muñoz, quien debió renunciar hace algunas semanas.
  • La Contraloría General de la República es una institución con mucho poder en Chile. Es la encargada de velar por la transparencia en la administración pública y perseguir los actos de corrupción. Desde que Jorge Bermúdez dejó su cargo hace cuatro meses, la subcontralora Dorothy Pérez tomó la subrogancia. Mi compañera Ana María Sanhueza cuenta en este artículo por qué hoy la abogada –una funcionaria de carrera que no se identifica con un sector político–, es la carta más segura para tomar la posta en la poderosa Contraloría.
  • La periodista Antonia Laborde viajó hasta Isla de Pascua para verificar in situ la degradación de los majestuosos moáis afectados por el incendio de octubre de 2022 en la cantera del cráter volcánico Rano Raraku. Les recomiendo leer esta crónica donde cuenta cómo la comunidad indígena Ma’u Henua, administradora del Parque Nacional Rapa Nui, se prepara para implementar un proyecto de conservación y limpieza, pero el presupuesto solo alcanza para una pequeña fracción de las piezas arquitectónicas. “Se necesita urgente la intervención del Estado”, alertó Pedro Edmunds, el alcalde de la isla, para generar incentivos para la inversión en la cultura material de la isla.
Un barco navega frente a una plataforma con cinco moais, en las costas de la Isla de Pascua (Chile), el 2 de abril.Elvis González (EFE)
  • “Es imprescindible reformar el sistema político, garantizando un pluralismo moderado y capacidad política para gobernar a un país no solo estancado, sino que bloqueado”, advierte el sociólogo y cientista político chileno Alfredo Joignant en esta columna, en la que enumera los males que trae consigo el sistema que actualmente funciona en Chile y que está trayendo consecuencias para alcanzar acuerdos en las reformas clave que el país requiere.
  • Pierina Ferretti, socióloga chilena y directora ejecutiva de la Fundación Nodo XXI, escribe en EL PAÍS esta semana una columna con un titular provocativo: La sociedad del bienestar, ¿una utopía realista? Habla sobre lo que ocurriño en Chile cuando cayó la propuesta constitucional de izquierdas del 4 de septiembre de 2022 y cómo aquel hito pareció confirmar –equivocadamente, según ella– una aversión al cambio o una adhesión entusiasta al orden establecido.

Muchas gracias queridos lectores. En una semana más, estaremos nuevamente en sus buzones.

Un abrazo.

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