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Diputados y empresarios aumentan la presión contra Boric para sacar a Jackson del Gabinete

Según un sondeo de Panel Ciudadano-UDD, un 61% de chilenos considera que el robo de 23 computadores y una caja fuerte de su ministerio “fue un montaje para eliminar evidencias” en medio del ‘caso Convenios’

Gabriel Boric y Giorgio Jackson
El presidente de Chile, Gabriel Boric, junto al ministro Giorgio Jackson durante una comparecencia a finales de junio.ANDRÉS PÉREZ CUENCA (MIDESOF)
Rocío Montes

La Cámara de Diputados chilena aprobó el miércoles una resolución impulsada por el Partido Republicano, de la derecha conservadora, que pide la salida del Gabinete del ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, el principal aliado político del presidente Gabriel Boric. Lo hizo por 68 votos a favor, 52 en contra y cinco abstenciones, con apoyos incluso del oficialismo, lo que deja en evidencia que las presiones por su salida –en medio del caso Convenios, una trama de corrupción que protagoniza su partido, Revolución Democrática– no solo se circunscriben a la derecha opositora, sino que alcanza a otros sectores.

Ha sido una resolución inédita que no se había visto en el pasado reciente. En paralelo, Ricardo Mewes, el presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), el principal gremio de los empresarios, pidió a Boric a destrabar el diálogo político, congelado por parte de la oposición –sobre todo el partido UDI–, mientras Jackson no salga del Ejecutivo.

“Muchas veces habrá que hacer los sacrificios que correspondan”, aseguró el líder de los empresarios. “Más vale ponerse colorado una vez que rosado cien veces”, agregó Mewes.

Jackson fue el fundador del partido RD y uno de sus principales líderes. Es una fuerza política que forma parte del Frente Amplio, la coalición del presidente Boric, que protagoniza el llamado caso Convenios. La Fiscalía investiga esta trama que reventó el pasado 16 de junio pasado sobre traspasos de fondos del Estado a fundaciones ligadas a este partido y a otros de este sector político. Esta causa ya ha empujado la salida de cinco funcionarios del Gobierno. La última cayó el martes: Alejandra Jiménez, secretaria regional ministerial, Seremi, del ministerio de las Culturas en la Región Metropolitana de Santiago.

Hace un mes y medio, en la medida que caen los alfiles del Ejecutivo, la presión se ha centrado en torno a Jackson. Para el Gobierno, como lo ha dicho la portavoz, Camila Vallejo, se busca su caída por su cercanía con Boric. “Al final, para un sector el problema del ministro Jackson es su cercanía con el presidente. Por eso se le cuestiona, por eso se le quiere sacar. Eso, la verdad, no es una razón suficiente”, dijo Vallejo en una entrevista el fin de semana.

Para la UDI, en tanto, Jackson representa un símbolo y su salida debe marcar una nueva etapa de la actual Administración, a la que todavía más de la mitad del período por delante, dos años y medio. Cuando el 20 de julio pasado el partido de la derecha tradicional envió una carta al presidente Boric para pedir su cabeza –lo hizo luego del robo de 23 computadores y una caja fuerte desde la cartera de Jackson– lo acusó de haber “orquestado un esquema de defraudación a través de fundaciones políticas” y de estar “directamente involucrado en el sospechoso robo”.

“La presencia del ministro Giorgio Jackson en la actual Administración no resiste ni siquiera un día más, puesto que su presencia no hace más que generar un enorme daño a nuestra sociedad, a las instituciones y a la credibilidad en general de la política, arrastrando incluso a su propio Gobierno a niveles de desaprobación que hoy se vuelven incalculables”, decía la carta de la UDI, que anticipó el congelamiento del diálogo.

El Gobierno está en un escenario complejo respecto de un ministro acosado, compañero de ruta del presidente desde las movilizaciones universitarias de 2011, que ambos protagonizaron. Por una parte, el presidente no quiere ceder ante las peticiones de sacar a Jackson, porque la decisión de remover a un secretario de Estado la toman los presidentes. Su caída sería una señal de debilidad, en una Administración con vientos en contra: el oficialismo perdió en el plebiscito constitucional de septiembre de 2022 y el Partido Republicano tuvo un triunfo contundente en las elecciones de mayo pasado, donde se quedó con un 35% del Consejo Constitucional.

Por otro lado, la opinión pública no está de su lado. De acuerdo a la encuesta Panel Ciudadano-UDD, dada a conocer este jueves, el 89% considera que Jackson debe salir del Gabinete, 24 puntos más que el pasado 13 de julio. De acuerdo al sondeo, la mayoría –un 61%– piensa que robo en su ministerio fue un “montaje” para eliminar evidencias, un 25% que fue “pensado para perjudicar al ministro Jackson y/o al Gobierno” y apenas un 6% que fue un robo común.

De acuerdo al sondeo de la encuestadora Black & White difundido este viernes, el 67% cree que Jackson debería renunciar, aunque un 56% no apoya postura de la UDI de cortar el diálogo con el Ejecutivo a condición de la salida del ministro.

El Gobierno alza la voz para proteger a Jackson

La salida del mayor aliado político del presidente Boric se ha transformado en un asunto diario en la política chilena. La ministra del Interior, Carolina Tohá, este jueves respondió duramente ante la insistencia: “No se toman decisiones de Gabinete por presiones. Se toman decisiones de Gabinete por convicción respecto a qué es lo mejor para el país”, aseguró la ministra, la mejor valorada del oficialismo, según la encuesta del Centro de Estudios Públicos, CEP, dada a conocer la semana pasada.

“Hay algo que decimos siempre, que puede ser una respuesta un poco esquemática, pero es esquemática porque tiene fundamentos muy sólidos: el presidente de la República es la única persona que tiene atribución y responsabilidad respecto de los equipos de Gobierno que conforma. A él es al que le corresponde hacer esas evaluaciones”, dijo Tohá, tras una actividad que no tenía ninguna relación con este asunto, sino con el trabajo de la Mesa de Ciencias y Seguridad, integrada por el Gobierno, la comunidad científica y el sector privado, para intentar solucionar los desafíos en materia de seguridad.

La permanencia de Jackson y las presiones por su salida inundan a diferentes carteras. El ministro de Hacienda, Mario Marcel, que lleva adelante las negociaciones de máxima trascendencia por un pacto fiscal que busca recaudar 8.000 millones de dólares, este jueves se refirió a las palabras de Mewes, el líder empresarial. Lo hizo, como Tohá, en duros términos.

“Respecto de las referencias a la situación del ministro Jackson, la verdad es que yo no recuerdo en mis años que he seguido en la política, a un dirigente empresarial que se pronuncie respecto de la decisión de mantener o no un ministro en el Gabinete”, aseguró Marcel, de la izquierda moderada, como Tohá. “Yo creo que vivimos en un país con régimen presidencial, donde es el presidente quien decide sus equipos de colaboradores, y, por lo tanto, me parece que es un tema que no corresponde a un liderazgo gremial”, afirmó el economista en medio de una actividad en Antofagasta, en el norte del país.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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