Nueva York celebra la contribución de la chilena Sylvia Palacios Whitman a la cultura de vanguardia
La Americas Society dedica la primera exposición individual a la artista multidisciplinar, que en seis décadas de carrera ha conjugado dibujo y danza
Por primera vez desde que se afincara en Nueva York en 1961, la artista multidisciplinar de origen chileno Sylvia Palacios Whitman (Osorno, 1941) expone en la Gran Manzana una retrospectiva de su obra. La muestra, que puede visitarse hasta el próximo 22 de julio en la Americas Society, repasa 50 años de su carrera, desde performances históricas en el Manhattan de los setenta hasta dibujos inéditos. Se trata de la primera exposición individual de la artista en Estados Unidos.
Bajo el título Sylvia Palacios Whitman: To Draw a line with the Body (Trazar una línea con el cuerpo), la muestra que celebra toda una vida consagrada no sólo a la creación, sino a la experimentación, se inauguró este miércoles en Manhattan bajo circunstancias amenazantes, la nube de hubo tóxico que cubre la ciudad a consecuencia de los incendios de Canadá.
Palacios Whitman es una artista visual y performer pionera, que lleva experimentando con el movimiento y la danza contemporánea desde que se trasladó a Nueva York, donde enseguida se convirtió en una figura capital de la vanguardia artística de Manhattan. Había cursado estudios de pintura y escultura en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, en Santiago, pero los moldes académicos del arte pronto se le quedaron pequeños a medida que Nueva York le abría de par en par las puertas de la danza y el teatro como lenguajes artísticos. Colaboró con numerosos creadores estadounidenses -como Roger Whitman, con quien se casó en 1968- e internacionales. En actuaciones en solitario o en grupo, Palacios Whitman desarrolló su propio lenguaje coreográfico, un estilo que fomentaba la participación de intérpretes sin formación a la vez que abrazaba el humor y los elementos inesperados, con atrezzos efímeros, a menudo a base de papel o cuerda, que se desechaban después de la actuación.
Palacios Whitman presentó sus coreografías en el museo Whitney y en el Guggenheim, pero también en salas pequeñas de los efervescentes barrios del suroeste de Manhattan donde en esa época comenzaban a despuntar artistas como Andy Warhol. Su lenguaje coreográfico es sencillo pero surrealista y entre sus dibujos abundan los bocetos para las actuaciones, como si dibujo y danza fueran vasos comunicantes. Creadora total, Palacios Whitman rompió los compartimentos estancos de las disciplinas y creó con independencia de lenguajes y formatos. Los dibujos abstractos de Whitman, con tinta de bolígrafo, aluden a cuestiones políticas, mientras sus performances arrojan ecos de sus años en Chile y de la realidad latinoamericana. En 2013 una selección de su obra se expuso en el museo Whitney en el marco de una colectiva dedicada al arte en Manhattan en la década de los setenta.
La exposición individual que le dedica la Americas Society se basa en la estrecha relación entre sus dibujos y su danza, como si fueran sus dos ojos o sus brazos. “Sylvia Palacios Whitman es verdaderamente una artista interdisciplinar que se mueve entre el dibujo y la danza de un modo único. Sus obras son lúdicas y atractivas y presta especial atención a la historia personal en sus creaciones”, sostiene Rachel Remick, curadora de la muestra junto con Aimé Iglesias Lukin, responsables de Arte de la Americas Society. Una de las series que se exhiben es la titulada Visita para ver a un mono y otras historias de la niñez (1960-2019), sobre dibujos de su niñez en Chile recreados y revisitados luego durante seis décadas.
La muestra de Palacios Whitman es la segunda que la Americas Society dedica para dar a conocer la obra de mujeres artistas del continente.
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