El instituto Príncep de Girona en Barcelona cambia de nombre por el de Teresa Pàmies

El centro asegura que la voluntad de la modificación, que el profesorado planeaba hacía años, es vincular la nomenclatura a valores educativos

Alumnos en el patio del instituto Teresa Pàmies.

El instituto Príncep de Girona, en Barcelona, se llama desde este martes Teresa Pàmies. El cambio de nombre se oficializó ayer con su publicación en el Diario Oficial de la Generalitat, pero responde a una reivindicación de años y se produce por iniciativa de la asociación de familias y tras un proceso de participación en el que ha intervenido toda la comunidad educativa. “Queríamos alinear el nombre del centro a aspectos educativos. Si el instituto tiene unos valores, su nombre deber reflejar estos valores”, explica Joan Fontdeglòria, jefe de estudios del centro, ubicado en la Travessera de G...

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El instituto Príncep de Girona, en Barcelona, se llama desde este martes Teresa Pàmies. El cambio de nombre se oficializó ayer con su publicación en el Diario Oficial de la Generalitat, pero responde a una reivindicación de años y se produce por iniciativa de la asociación de familias y tras un proceso de participación en el que ha intervenido toda la comunidad educativa. “Queríamos alinear el nombre del centro a aspectos educativos. Si el instituto tiene unos valores, su nombre deber reflejar estos valores”, explica Joan Fontdeglòria, jefe de estudios del centro, ubicado en la Travessera de Gràcia.

La dirección del centro asegura que la idea de cambio del nombre sobrevolaba desde hacía años y querían desvincularse de una nomenclatura monárquica. “No es normal que el centro mantenga actualmente un nombre de un título nobiliario o relacionado con la monarquía”, defiende Fontdeglòria. El docente desvincula la decisión del procés. “Hay que despolitizar la decisión, no tiene nada que ver con la situación política actual, ya que era una inquietud que existía desde hacía tiempo”.

Finalmente fue la asociación de familias (AFA) que hace un año dio un impulso a la modificación. Lo plantearon al profesorado y el claustro lo aprobó por unanimidad, abunda el docente. Y la propuesta llegó al consejo escolar del centro, donde están representados profesores, familias y estudiantes. Este órgano creó una comisión para el cambio de nombre, que redactó los criterios para la nueva denominación, como respetar la Declaración Universal de Derechos Humanos o, en el caso que fuera un nombre de persona, debía ser una mujer con una vida representativa, entre otros aspectos. Se abrió un proceso participativo en el que se recibieron más de un centenar de propuestas, que acabaron en tres finalistas elegidos por el consejo escolar: Teresa Pàmies, Delemús (en referencia a un torrente cercano al centro) y Caterina Albert. En junio se votaron y ganó el de la escritora fallecida en 2012 por 209 votos, mientras que el torrente recibió 79 y Albert, 61. Fontdeglòria admite que, en un principio, la propuesta más votada fue la de Neus Català, pero días antes un instituto de Cornellà se rebautizó con este nombre, y uno de los requisitos del centro barcelonés era que ninguna otra escuela se llamara como ellos.

El jefe de estudios admite que pensaban que el proceso de cambio sería más rápido, pero se encontraron con más burocracia de la esperada: primero tuvieron que pedir permiso a los herederos de Teresa Pàmies para usar su nombre y, posteriormente, la modificación la tuvo que aprobar el consejo escolar del distrito Horta-Guinardó, la concejalía del distrito (pero las elecciones municipales retrasaron el trámite), el consejo escolar de Barcelona y, finalmente, el Consorcio de Educación de Barcelona. A pesar de todo, la dirección del centro se muestra contento porque podrán estrenar el nombre en las preinscripciones para el próximo curso.

El cambio de nombre de un instituto está regulado por un decreto de 1996 que establece que es necesario que el consejo escolar del centro lo apruebe con una mayoría de dos tercios. Igualmente, este órgano debe presentar un informe donde se justifique "la conveniencia del cambio" y se detallen "los méritos" de la nueva propuesta. También es necesaria el visto bueno del Ayuntamiento.

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