Ácidos revoltosos en el laboratorio

Un técnico y un ayudante desechaban productos caducados cuando provocaron una explosión que obligó a evacuar la Facultad de Ciencias de la Autónoma

Desalojo del laboratorio de la Autónoma, el jueves.KIKE PARA

A las 11.15, en un laboratorio de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma, algo explota. Minutos después, todo aquel que se encontraba en el edificio está fuera, sobre todo, estudiantes con profesores que resuelven dudas antes de las temidas fechas: los exámenes de enero. Hay a quien le ha pillado en medio de uno, y ha sido trasladado a otro edificio. “Yo me he ido a la biblioteca porque estaba estudiando, pero han aprovechado para chivarse por el camino”, comenta una estudiante. “Han mezclado algo que no tenían que mezclar”, concluyen los desalojados.

Una trabajadora del edi...

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A las 11.15, en un laboratorio de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma, algo explota. Minutos después, todo aquel que se encontraba en el edificio está fuera, sobre todo, estudiantes con profesores que resuelven dudas antes de las temidas fechas: los exámenes de enero. Hay a quien le ha pillado en medio de uno, y ha sido trasladado a otro edificio. “Yo me he ido a la biblioteca porque estaba estudiando, pero han aprovechado para chivarse por el camino”, comenta una estudiante. “Han mezclado algo que no tenían que mezclar”, concluyen los desalojados.

Una trabajadora del edificio echa la culpa al sistema educativo: “Si es que les dejan a los estudiantes trabajar sin saber lo que hacen”. No eran principiantes, eran el técnico del laboratorio y su ayudante, que estaban desechando productos caducados. Todo quedó en un susto: el ayudante sufrió algunas quemaduras en las manos, que se ha curado con un botiquín. Pero el despliegue ya había llegado: la policía municipal, la nacional, cinco camiones de bomberos y dos del Samur.

Ana López cursa primero de Biología en estas aulas y se encuentra a las fuerzas de seguridad antes de entrar en clase. “Cuando he llegado lo he visto, no sabía nada, y he preguntado por el grupo [de Whatsapp] de clase, y me han dicho que ha habido una explosión. Sí, ya hay bromas”. Su amigo, Álvaro Rupérez, muestra en su teléfono un tuit que le ha hecho gracia: “Segundo día de gobierno comunista, la Facultad de Ciencias de la UAM desalojada por la explosión de un bidón. Disfruten de lo votado”.

No estudia en esta facultad, pero se ha acercado a curiosear: “Yo estudio Historia y a nosotros todo nos hace gracia, incluso nosotros mismos”, comenta. Otros estudiantes recuerdan accidentes leves en las aulas: Guillermo Hernanz, en tercero de Ingeniería Química, mezcló agua con cloro sin querer, aspiró vapor de ácido clorhídrico (un compuesto corrosivo) y se fue a vomitar. “Un mareíto tonto y a seguir”, bromea.

El estudiante Rupérez muestra otro pantallazo de Twitter: “¿Nos darán el día libre, no?”, bromea un usuario. No correrán esa suerte: a las 14.00 de la tarde se reabre el edificio y el día continúa con normalidad.

Los bomberos ya han hecho lo que tenían que hacer, según el protocolo: entrar con trajes de protección química para recoger el líquido ácido con un absorbente e introducirlo en un contenedor cerrado del que se hace cargo la Universidad. Antonio Marchesi, el bombero encargado de la operación, desconoce el motivo del accidente: “Ha sido por razones que no se han sabido explicar”. Ni siquiera estaban haciendo experimentos: “Se ha debido a la acumulación de ácidos en una vasija”, explica.

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