Un hombre degüella a un vecino de Figueres después de perseguir a una mujer con un cuchillo

El asesino mató en 2006 a la propietaria del piso donde vivía y estuvo internado en un psiquiátrico

Agentes de los Mossos d'Esquadra en una imagen de archivo.M. M.

Un vecino de Figueres de 64 años que estaba sentado en un banco de la Rambla murió este lunes por la tarde tras ser apuñalado por un hombre que se le acercó y, sin casi mediar palabra, le cortó el cuello. El asesino se sentó cerca y esperó a que le fueran a detener. Se da la circunstancia de que, unas horas antes, la policía ya le había identificado después de recibir la llamada de una mujer que alertaba que había un hombre persiguiéndola con un cuchillo de grandes dimensiones. Como no le encontraron el arma le dejaron irse. El atacante, Mohamed R., fue condenado en 2008 por la Audiencia de Gi...

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Un vecino de Figueres de 64 años que estaba sentado en un banco de la Rambla murió este lunes por la tarde tras ser apuñalado por un hombre que se le acercó y, sin casi mediar palabra, le cortó el cuello. El asesino se sentó cerca y esperó a que le fueran a detener. Se da la circunstancia de que, unas horas antes, la policía ya le había identificado después de recibir la llamada de una mujer que alertaba que había un hombre persiguiéndola con un cuchillo de grandes dimensiones. Como no le encontraron el arma le dejaron irse. El atacante, Mohamed R., fue condenado en 2008 por la Audiencia de Girona a un máximo de 14 años de internamiento psiquiátrico por haber matado a la propietaria –madre de dos niños pequeños– del piso donde vivía en Figueres en 2006.

Mohamed R., de 41 años, ha declarado ante los Mossos haber matado al vecino de Figueres por un "deseo de venganza" porque se siente "maltratado" porque las instituciones no le han ayudado, siempre le han "cerrado las puertas y no le han dado ni agua" y no le han hecho "justicia". Le atacó "sin saber por qué lo eligió", ha dicho. Quería matar a "un hombre catalán vecino de Figueres". En este mismo sentido, ha recriminado que había querido empezar de nuevo "una vida normal" en Girona o Barcelona y "no le habían dejado". Hace unos días compró el cuchillo. A la víctima la vio sentada junto a otras dos personas, pasó por delante, "se lo pensó un poco", giró y le atacó.

En 2008 la sección cuarta de la Audiencia le absolvió, por una eximente completa de enajenación mental, de haber matado a su casera en 2006 en Figueres y le impuso un máximo de 14 años de reclusión en un centro psiquiátrico, bajo la supervisión de los médicos especialistas que eran los que debían decidir cuando estaba “curado” para volver ser puesto en libertad. Desde el crimen, Mohamed R. estuvo ingresado en varias unidades penitenciarias de salud mental y no tuvo permisos, solo alguna salida programada relacionada con sus terapias y siempre acompañado por personal del centro. Los informes favorables que recibió del equipo de salud mental de Quatre Camins, que aconsejaban su traslado, hicieron que en junio de 2016 la Audiencia cambiara la medida de seguridad y le ingresara en una unidad psiquiátrica “no penitenciaria” de la red pública de salud mental, en el Parque Hospitalario Martí Julià de Salt, en régimen cerrado. Desde ese momento, el seguimiento a Mohamed R. lo hicieron los equipos de medidas penales alternativas de Girona.

En febrero de 2018, estos informaron de que el interno se encontraba “compensado” y en mayo destacaron su mal comportamiento, con falta de respeto hacia el personal de la unidad, transgresiones continuas y amenazas que incluso ponían en riesgo la recuperación del resto de usuarios. Aconsejaron su reingreso en una unidad penitenciaria de salud mental. El forense informó de que la “psicosis tóxica” que padecía al matar a su casera en 2006 “estaba en remisión” por el tratamiento farmacológico con buena respuesta y que veía procedente concederle permisos de fines de semana tutelados.

Con estos informes, teniendo en cuenta que Mohamed R. era “una persona conflictiva”, pero que estaba “compensado”, no necesitaba un tratamiento psiquiátrico en régimen cerrado y no había sido condenado a pena privativa de libertad, la Audiencia le impuso un control ambulatorio para la administración de fármacos y el seguimiento de su alteración mental. El médico y el forense que visitaron a Mohamed R. el lunes, después de ser detenido, concluyeron que “no presentaba síntomas de trastorno mental”. El hombre se encuentra a la espera de pasar a disposición judicial.

Los hechos tuvieron lugar sobre las ocho y media de la tarde del lunes. La víctima estaba sentada en un banco de la Rambla con dos amigos. De repente Mohamed R. se le acercó, parece que pronunció una palabra y le clavó el cuchillo en la tráquea. Después tiró el cuchillo en unos arbustos y se sentó en el banco contiguo a esperar a que llegara la policía. En pocos minutos la Guardia Urbana de Figueres lo detuvo. También se desplazó hasta el lugar una ambulancia del sistema de emergencias médicas, pero la víctima murió mientras era trasladada al Hospital de Figueres.

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El asesino ya había sido identificado horas antes por la policía. Sobre las tres de la tarde una vecina de Figueres que se encontraba en la calle Jonquera llamó al 112 asustada porque un individuo la estaba persiguiendo con un cuchillo. Se refugió en la escuela Cor de Maria. Cuando llegaron agentes de la Guardia Urbana y de los Mossos le registraron e identificaron y, como no le encontraron ningún cuchillo encima, lo dejaron irse.

El asesino fue juzgado en la Audiencia de Girona en mayo de 2008 por haber matado a la dueña del piso donde vivía en Figueres. Concluyó el Tribunal que la madrugada del 31 de octubre de 2006 sufrió un episodio psicótico, cogió un cuchillo y mató a la mujer. El atacante tenía diagnosticada desde 2004 una esquizofrenia paranoide, que le había llevado a estar ingresado en varias ocasiones. La Fiscalía había pedido para él una pena de 20 años de cárcel por asesinato pero finalmente fue acusado de un homicidio con la agravante de abuso de superioridad y la eximente completa de responsabilidad penal por enajenación mental. La Audiencia lo acabó condenando a 14 años de reclusión, como máximo, en un psiquiátrico.

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