El empresario portugués cambia la versión del fiscal y dice que fue su mujer la que intentó matarle

La defensa del acusado desveló que ella le pidió dinero a cambio de retirar la denuncia por intento de asesinato

Fachada del hotel NH Palacio de Vigo. En una de sus habitaciones, un acaudalado empresario portugués intentó matar a su esposa en 2016.

El juicio contra el empresario portugués Carlos Inácio Pinto, acusado de intentar presuntamente asesinar a su mujer golpeándola con un mazo de cantero en un hotel de Vigo en 2016, ha dado un giro este jueves tras escuchar su declaración. Pinto no solo ha proclamado su inocencia ante el tribunal de la Audiencia de Pontevedra sino que desmontó la versión de la fiscalía al afirmar que fue su mujer la que intentó asesinarle con la misma arma homicida.

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El juicio contra el empresario portugués Carlos Inácio Pinto, acusado de intentar presuntamente asesinar a su mujer golpeándola con un mazo de cantero en un hotel de Vigo en 2016, ha dado un giro este jueves tras escuchar su declaración. Pinto no solo ha proclamado su inocencia ante el tribunal de la Audiencia de Pontevedra sino que desmontó la versión de la fiscalía al afirmar que fue su mujer la que intentó asesinarle con la misma arma homicida.

Carlos Inácio Pinto, de 58 años, residía con su esposa Eliza G.P., una modela rumana treinta años menor que él, en una lujosa urbanización a las afueras de Oporto, y se habían casado hace siete años. Él afronta una condena de 12 años de prisión por unos hechos que el acusado ha negado haciendo un relato a la inversa de la que ha defendido la víctima.

En su declaración ante el tribunal el hombre, que sufre problemas cardíacos, ha relatado que ella le atacó la mañana del 2 de mayo de 2016 en el cuarto de baño del hotel NH Palacio y para repeler la agresión la empujó y se golpeó con la esquina de la bañera y el marco de una puerta. Después, ambos forcejearon y él quedó tendido en el suelo del baño tras sufrir un infarto por estrés emocional.

El acusado incluso aseguró que dudaba desde hace tiempo de las intenciones de su esposa porque esta se comportaba “como si quisiera que sufriese algún tipo de accidente”. Contó que tres meses antes se habían hecho un seguro de vida por 150.000 euros y que durante un viaje a Hawai, ella le obligó a subir tres montañas por lo que él llegó a comentárselo extrañado a su cuñada.

Precisamente la póliza de vida y las deudas con el fisco portugués del acusado hizo sospechar a los investigadores de que ambos indicios hubiesen sido un posible móvil aunque no se pudo probar. El abogado del empresario, que lleva más de dos años en prisión preventiva por esta causa, incluso denunció ante el tribunal de la sección cuarta de Pontevedra que la mujer le pidió dinero a cambio de retirar la denuncia contra él.

La mujer, sin embargo, ratificó entre sollozos, oculta tras un biombo y asistida por una psicóloga de apoyo, la denuncia que hizo ante la Policía y el juzgado de violencia de género. Dijo que su marido la atacó por la espalda con el mazo e intentó estrangularla cuando cayó al suelo. "Yo no le golpee, solo traté de salir de la habitación para no morir allí “, declaró la víctima que una vez en el pasillo pidió ayuda a una trabajadora del hotel.

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La empleada declaró como testigo y relató que se encontró a la mujer desnuda en el pasillo, con sangre en la cabeza y muy nerviosa y que la maza estaba tirada en el suelo. Entonces ella les pidió que llamasen a una ambulancia, no a la Policía, y que atendiesen a su marido porque no sabía qué le pasaba. El juicio se retomará el próximo 28 de marzo cuando quedará visto para sentencia.

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