El expresidente de Societat Civil reta a sus detractores a que le denuncien si hay irregularidades

La asamblea ha aprobado la gestión de José Rosiñol por un 76% de los votos

Josep Ramon Bosch en una imagen de archivo.ALBERT GARCIA

Societat Civil Catalana ha querido cerrar este lunes la polémica a raíz de la destitución de José Rosiñol como presidente de la entidad y ha presentado su nueva dirección, liderada por Josep Ramon Bosch. Rosiñol y otros miembros de la junta han negado tajantemente, en una rueda de prensa en Barcelona, las supuestas irregularidades administrativas que habrían motivado el cese de Rosiñol y han recordado que el pasado fin de semana la asamblea aprobó por un 76% la gestión del expresidente. Rosiñol, de hecho, ha reta...

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Societat Civil Catalana ha querido cerrar este lunes la polémica a raíz de la destitución de José Rosiñol como presidente de la entidad y ha presentado su nueva dirección, liderada por Josep Ramon Bosch. Rosiñol y otros miembros de la junta han negado tajantemente, en una rueda de prensa en Barcelona, las supuestas irregularidades administrativas que habrían motivado el cese de Rosiñol y han recordado que el pasado fin de semana la asamblea aprobó por un 76% la gestión del expresidente. Rosiñol, de hecho, ha retado a sus detractores a que las judicialicen. “Si lo quieren, nos vemos en los juzgados”, ha dicho.

Rosiñol y otros tres miembros de la anterior junta (Miriam Tey, Sixto Cadenas y Ferran Brunet) dejaron su cargo en diciembre del año pasado por supuestas “irregularidades administrativas” y por haber tomado decisiones al margen de la junta. Bosch y el propio Rosiñol han negado dichas irregularidades y han asegurado que se trató de discrepancias en el seno de la entidad sobre cómo abordar la respuesta al reto secesionista.

“Tal vez hubo discrepancias sobre la posibilidad del diálogo [con el independentismo] o la búsqueda por la política, pero tal vez no me supe explicar bien”, ha dicho Rosiñol. En el seno de la entidad no sentaron bien sus intentos de querer acercarse a la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium o el presidente de la Generalitat Quim Torra. Bosch, por su parte, se ha querido desmarcar del enfoque de la dirección de Rosiñol y ha asegurado que defiende un diálogo pero desde “el marco constitucional”. También ha revelado que se reunió hasta en tres ocasiones con la expresidenta de Ómnium, la fallecida Muriel Casals.

“Mi problema ha sido que dediqué el 99% del tiempo de mi presidencia a acabar con el secesionismo en Cataluña y el 1% a la gestión interna. El problema está fuera y no dentro de la organización”, ha asegurado Rosiñol. “El futuro pasa por el diálogo, no por la imposición. Eso sería caer en el mismo error de los independentistas”, ha apostillado. Pese a todo, Societat Civil Catalana no piensa actuar judicialmente contra las informaciones periodísticas que señalaban una mala gestión por parte del expresidente.

Álex Ramos había asumido la presidencia de manera interina hasta el fin de semana pasado, cuando Bosch ha sido elegido como candidato de consenso. Bosch, sin embargo, no era inicialmente candidato a dirigir de nuevo la entidad contraria a la independencia. A la asamblea se presentaron dos listas, una liderada por Rosiñol y otra por Rafael Arenas. Ante el enfrentamiento, ha explicado Bosch, un grupo le ha pedido que asumiera de nuevo el liderazgo. Recibió un 67% de apoyo de los casi 100 socios fundadores.

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