Jordi Colomer se convierte en ‘mecenas’ en L’Hospitalet

El artista y la productora Carolina Olivares abren una plataforma para la creación artística en el Distrito Cultural

El artista Jordi Colomer ( centro), junto a Carolina Olivares y Eduard Escoffet, en el nuevo espacio La Infinita, en L'Hospitalet de Llobregat.

Ha sido bautizada La Infinita y el nombre ya es una declaración de intenciones. Se trata de la nueva plataforma para la creación, investigación y producción artística creada por el artista Jordi Colomer y su compañera, la productora de origen chileno Carolina Olivares, que abrirá sus puertas el próximo 17 de noviembre en L’Hospitalet de Llobregat. “Es el espacio que como artista quisiera tener”, asegura Colomer, que ha diseñado el proyecto arquitectónico junto con Albe...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ha sido bautizada La Infinita y el nombre ya es una declaración de intenciones. Se trata de la nueva plataforma para la creación, investigación y producción artística creada por el artista Jordi Colomer y su compañera, la productora de origen chileno Carolina Olivares, que abrirá sus puertas el próximo 17 de noviembre en L’Hospitalet de Llobregat. “Es el espacio que como artista quisiera tener”, asegura Colomer, que ha diseñado el proyecto arquitectónico junto con Albert García Alzorriz, su colaborador también en la formalización de su obra para el Pabellón de España en la Bienal de Venecia 2017. Muchos elementos tanto conceptuales como prácticos (tarimas, carpintería...) de aquel proyecto, que mezclaba artes visuales y performance(“artes en vivo”, prefieren definirlas), sirven de embrión para La Infinita. “Con la crisis, los expertos preconizaron que las grandes empresas culturales abandonarían Barcelona para irse a la periferia, donde podrían contar con espacios más grandes, versátiles y baratos. Así nació el Distrito Cultural de L’Hospitalet”, explica Olivares, destacando que acertaron solo parcialmente en su predicción, ya que los que se mudaron fueron los creadores independientes, más de 250 entre artistas de diferentes disciplinas, diseñadores y arquitectos, que en menos de dos años se han establecido en L’Hospitalet

 “La idea es servir de aglutinador y proporcionar un espacio para los que no pueden costearse un estudio personal o que, aunque pudieran, prefieren trabajar en dinámicas colectivas y colaborativas”, continúan, mientras pasean por el hermoso espacio inundado de luz natural, en el tercer piso de un anónimo edificio en la avenida Carrilet, 237. “Además de reciclar las estructuras de Venecia, también usamos las estanterías y otros elementos de la imprenta que nos precedió y que cerró en 2008 por la crisis”, indican.

“Habrá tres estudios para los artistas en residencia con una zona para trabajar y otra para dormir, laboratorios y salas colectivas para construir, ensayar, editar y, claro, presentar los trabajos”, explica Colomer, que abandonará su taller de Poblenou para trasladarse con sus obras a La Infinita, espacio que, de hecho, considera una obra más. “Es parte del trabajo de un artista ampliar su campo de acción, favorecer las sinergias transgeneracionales y apostar por una acción solidaria y coherente”, asegura.

Una fiesta con música ‘tecno’ y ‘spoken word’

El espacio La Infinita de L'Hospitalet de Llobregat abrirá sus puertas al público el 17 de noviembre con una fiesta-espectáculo, que se celebrará de las 22 horas a las 3 de la mañana. La animarán Barba Corsini, el nuevo proyecto de Eduard Escoffet, a medio camino entre el spoken word (performance poética) y la improvisación musical; Peineta, un dúo de música electrónica que combina la herencia sonora ibérica con estilos actuales; el folklore ecléctico de Venecia Flúor y el DJ del colectivo Pumarejo. También estará Pussy Picnic, una compañía de mujeres milenials que investiga los lenguajes performáticosdesde la intimidad y las perspectivas de género.

Así lo viven también los primeros tres residentes, los británicos Duncan Gibbs y Joe Highton y el sobrino del artista, Víctor Ruiz Colomer, cuyo proyecto consiste, precisamente, en poner en marcha La Infinita, activándola con un programa de conciertos, talleres, intercambios, eventos escénicos e iniciativas pedagógicas, que marcarán sus líneas directrices. “A los residentes pedimos que durante su estancia realicen tres actividades públicas, un taller y, por supuesto, que estrenen su creación”, indican, asegurando que apostarán por mini festivales, más que por exposiciones convencionales.

Economía de trueque

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Si bien en práctica se trata de una singular forma de mecenazgo, el proyecto nace como una asociación autogestionada, abierta a quien se quiera apuntar, fundada por Colomer y Olivares con la complicidad del poeta y activista cultural Eduard Escoffet y la productora Marta Oliveres, que fue jefa del departamento de artes visuales y escénicas del Institut Ramon Llull hasta hace poco. “Nos encantan los milenials y su forma de hacer, así que hemos planteado una economía de trueque, como en el caso del colectivo de músicos Pumarejo, que nos presta sus equipos a cambio de sitio. También somos conscientes de que para funcionar y pagar la hipoteca necesitaremos dinero”, explica Olivares, denunciando que no pueden optar a las ayudas ya que, pese a su dilatada carrera, La Infinita no tiene los dos años de trayectoria necesarios para obtener financiación institucional.

Archivado En