De paseo en Vallecas con las mujeres que han hecho historia

Un programa promovido por el Ayuntamiento reivindica que la historia de una ciudad también la escriben sus vecinas

Recorrido por Vallecas para conocer la historia de las mujeres del barrio cerca de la Asociación de Vecinos de Palomeras Bajas en Vallecas.ANDREA COMAS

Amaya Imaz fue una religiosa vasca y vallecana de adopción, que fundó la histórica Asociación Barró, contribuyó a la alfabetización vecinal y promovió la igualdad participando en diferentes grupos feministas. Su nombre fue uno de los cinco propuestos –y finalmente el elegido– por la Junta Municipal del Distrito de Puente d...

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Amaya Imaz fue una religiosa vasca y vallecana de adopción, que fundó la histórica Asociación Barró, contribuyó a la alfabetización vecinal y promovió la igualdad participando en diferentes grupos feministas. Su nombre fue uno de los cinco propuestos –y finalmente el elegido– por la Junta Municipal del Distrito de Puente de Vallecas para bautizar la plaza situada entre la Avenida de La Albufera número 78 y la calle Puerto del Monasterio, una iniciativa que forma parte del programa Vallecas con nombre de mujer, promovido por el Ayuntamiento, con el que se reivindica que la historia de una ciudad también la escriben sus vecinas.

En torno al 8 de marzo de este mismo año, surgieron en el distrito numerosos espacios de encuentro entre mujeres y desde el Servicio de Dinamización Vecinal de Puente de Vallecas se dieron cuenta de que había que hacer algo con todo ese conocimiento sobre la historia del barrio que atesoraban sus vecinas más mayores. Recogiendo el testigo de la iniciativa de renombrar la plaza, las asociaciones de dinamización vecinal San Diego y Triángulo del Agua decidieron poner en marcha una serie de paseos para dar a conocer la historia de las mujeres vallecanas. Para crear estos recorridos, se aliaron con Herstóricas, un colectivo que ya realiza paseos dedicados a rescatar la historia de las mujeres en otras zonas de Madrid, e hicieron encuentros y entrevistas con vecinas, sobre todo con aquellas que habían tenido alguna vinculación con movimientos activistas.

El resultado han sido dos paseos, de aproximadamente tres kilómetros y tres horas de duración cada uno. En ambos recorridos, los capítulos históricos se van entretejiendo con las voces de las vecinas, cuyos relatos son los que realmente le aportan un valor añadido a este proyecto. “Se trata de contar la historia del barrio visibilizando esa parte que había permanecido oculta y que corresponde a la mitad de la población”, explica Sonia Conde, dinamizadora vecinal de Triángulo del Agua.

El primero de los paseos comienza en Portazgo y en él se habla, entre otras cosas, de los mercados. “Los mercados siempre han sido lugares de subversión, en los que las mujeres estaban muy presentes. Una de las vecinas nos contaba que ella, durante la dictadura, repartía el periódico Mundo Obrero en el mercado del Pozo del Tío Raimundo. Nadie se imaginaba que lo que llevaba dentro de su carrito de la compra era ilegal”, cuentan desde Herstóricas. En la parada del Mercado de Puente de Vallecas se habla también del estraperlo, de las cartillas de racionamiento o de las vaquerías, donde las mujeres acudían casi cada día a por leche. Iban con su propio recipiente, un gesto que Herstóricas utiliza para hacer reflexionar a los paseantes acerca de la cantidad de basura que generamos actualmente y cómo las mujeres han contribuido históricamente a mantener vivas las redes de reciclaje, incluso antes de que esa palabra se volviera de uso cotidiano. “Siempre hay alguna vecina que nos habla de cómo remendaba los calcetines para poder seguir utilizándolos, en definitiva, de cómo las mujeres estaban muy presentes en esa economía del reciclaje”.

En este paseo se cuenta también la interesante historia de la Parroquia San Ramón Nonato, donde un grupo de mujeres antifascistas montó durante la Guerra Civil una improvisada enfermería para atender a los heridos que llegaban desde el frente de Vallecas. Se habla del acoso cotidiano que sufrían las mujeres en el transporte público, de los traslados que hacían a diario a las fuentes cuando aún no había agua corriente en las casas, de los talleres de bordado de la Sección Femenina o de una de las primeras manifestaciones LGTB de España, que tuvo lugar en Vallecas en el año 78 y a la que asistieron cientos de personas. El paseo concluye en la estatua de la célebre “abuela rockera” en la calle Peña Gorbea. “Nos gustaba la idea de acabar en una estatua dedicada a una mujer, además a una mujer mayor, que afirmaba que le gustaban por igual el heavy, el rock y las sevillanas”.

El segundo paseo se inicia en la Plaza Roja y se centra en el asociacionismo vecinal, la infravivienda y la vida en las chabolas. En este recorrido tiene un especial protagonismo el Movimiento de Madres Unidas contra la Droga. “La forma de luchar de estas mujeres fue brutal. Hoy luchamos cada vez más desde lo individual, y en este colectivo, muchas madres se metían a pelear por los hijos de las demás, porque los suyos aún eran demasiado pequeños. Pero ellas veían que el de la droga era un problema real en el barrio y entendían que había que luchar por todos”.

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El próximo paseo tendrá lugar el domingo 28 de octubre, a las 11.00.

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