Los rayos X de Joan-Pere Viladecans

La Fundación Vila Casas celebra los 50 años de la primera exposición barcelonesa del pintor con sus últimas obras realizadas a partir de radiografías

Tres de las obras expuestas por Viladecans en la Fundación Vila Casas.Carles Ribas

No hay nada como una radiografía para mirar en el interior. Estas indiscretas placas (más si están ampliadas) de diferentes partes del cuerpo: manos, pies, pelvis, cerebros o el corazón que a simple vista no, pero que con ojos de expertos, delatan patologías, imperfecciones, fracturas y síndromes, son los elementos que subyacen en las últimas pinturas de Joan-Pera Viladecans (Barcelona, 1948). El veterano artista superpone otros elementos pintados o símbolos como llaves, hierros y relojes que, aparte de evidenciar el p...

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No hay nada como una radiografía para mirar en el interior. Estas indiscretas placas (más si están ampliadas) de diferentes partes del cuerpo: manos, pies, pelvis, cerebros o el corazón que a simple vista no, pero que con ojos de expertos, delatan patologías, imperfecciones, fracturas y síndromes, son los elementos que subyacen en las últimas pinturas de Joan-Pera Viladecans (Barcelona, 1948). El veterano artista superpone otros elementos pintados o símbolos como llaves, hierros y relojes que, aparte de evidenciar el paso del tiempo, ahondan en el significado de estos elementos para relacionar, confrontar y poner en diálogo los límites entre ciencia, pensamiento y arte. Además, las 20 obras que Viladecans ha realizado con paso lento desde 2012 para la exposición Una mirada interior. ¿Una mirada interior? del Espai Volart de la Fundación Vila Casas de Barcelona, conmemoran también los 50 años de la primera muestra del artista en 1967 en el Cercle Artístic de Sant Lluc de Barcelona.

“Ciencia y arte han seguido siempre caminos paralelos sin tocarse, aunque tienen algo en común como es la permanente enemistad de la vida contra la muerte”, explicaba Viladecans junto a uno de sus enormes y coloristas cuadros de la exposición que están acompañados de algunas de las páginas de las libretas y de los esbozos previos realizados por el artista que delatan algunas de las claves de las obras y cómo las primeras ideas incipientes han ido creciendo.

Entre las nuevas pinturas de Viladecans de la exposición que han comisariado Glòria Bosch y Merci Rossetti destacan las de las manos llamadas de “manos de músico” o “de araña”, típicas del síndrome de Marfan. Esta degeneración que a músicos como Paganini le permitieron hacer cosas que otros les era imposible la descubrió Viladecans hace años cuando ilustró unos cuentos de Edgar Allan Poe. En concreto Un cuento en las montañas escabrosas en el que aparece un personaje con grandes y flacas extremidades y dentadura desigual, síntomas de una persona afectada con este síndrome, una enfermedad que fue descrita medio siglo después. Viladecans investiga plásticamente esta alteración en La tomba interior / el síndrome de Marfan (2012) a partir de observar la coincidencia entre la literatura de Poe y la ciencia de Antonin Marfal (el pediatra descubridor del síndrome) y los lazos entre medicina y arte que se esfuerza a destacar en toda la exposición.

Los títulos de las obras también ilustran la historia que se esconde detrás. Así se han podido ver unos pies con las últimas falanges de los dedos gordos deformadas en la obra Camí (2012-2014) o en otro, en el que todo el miembro se sostiene en un hierro oxidado Èxode (2011), que habla del drama de los refugiados; una sección del cerebro se titula La Clau (2015), una pelvis Claustre (2012) y la caja torácica Diàleg (2013-2017), entre otras.

La relación entre arte y medicina y ciencia quedaba más que patente en el tradicional catálogo que acompaña todas las exposiciones de la Fundación Vila Casas en la que participan tres médicos: el cardiólogo y pintor Màrius Petit, el presidente del Colegio de Médicos, Jaume Padrós y el médico Miquel Vilardell que reivindican el papel de estos facultativos como alguien con capacidad de escuchar más allá de medicar.

Pisando las obras de arte

Gregori Iglesias (Borges Blanques, 1966) y Sabela Eiriz (Lugo, 1991) presentan la otra exposición que abre temporada en el Espai Volart. Todo comenzó cuando Eiriz tuvo que documentar con sus fotografías la realización de Iglesias de una pintura de 40 metros que hacía para Peenemünde, el complejo fabril que albergó el mayor espacio de investigación militar del III Reich y acabaron recorriendo juntos campos de concentración como Sachsenhausen, Auschwitz y Buchenwald y que cada uno en nuevas pinturas y fotografías. El resultado de este diálogo es Sobre los mismos pasos que habla del proceso creativo y el drama humano que supuso estos centros de exterminio. La muestra acaba con una instalación en el que es posible pisar 500 dibujos que ha realizado a tinta Iglesias. "Hablan de la indiferencia de la sociedad hacia la cultura, el respeto y nuestra manera de expresar lo que sentimos", explica la comisaria Glòria Bosch.

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