Señales de luz contra el exceso de ruido

Sant Cugat instala farolas que parpadean cuando los clientes de las terrazas elevan el tono de voz

Una farola sensible al ruido instalada en Sant Cugat. Cristóbal Castro

El buen tiempo es sinónimo de terrazas llenas de bares y restaurantes. Un buen negocio para sus propietarios, pero que muchas veces provoca molestias a los vecinos que ya empiezan a dejar abiertas las ventanas por la noche. Sant Cugat del Vallès ha dado con una idea para intentar conciliar el ocio de unos y el descanso de otros: unas farolas que empiezan a parpadear cuando detectan un exceso de ruido.

El Ayuntamiento de la ciudad ha puesto en marcha una prueba piloto instalando cuatro de estos fanales inteligentes en la céntrica plaza de Barcelona, con terrazas de varios establecimiento...

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El buen tiempo es sinónimo de terrazas llenas de bares y restaurantes. Un buen negocio para sus propietarios, pero que muchas veces provoca molestias a los vecinos que ya empiezan a dejar abiertas las ventanas por la noche. Sant Cugat del Vallès ha dado con una idea para intentar conciliar el ocio de unos y el descanso de otros: unas farolas que empiezan a parpadear cuando detectan un exceso de ruido.

El Ayuntamiento de la ciudad ha puesto en marcha una prueba piloto instalando cuatro de estos fanales inteligentes en la céntrica plaza de Barcelona, con terrazas de varios establecimientos. Si se produce una subida del volumen de forma sostenida durante más de un minuto, estos empiezan a parpadear durante unos segundos, llamando así la atención de los clientes, haciéndoles notar que están hablando demasiado alto.

“Es una forma amable y simpática de alertar a la gente de que está subiendo el volumen y concienciarlos de que pueden molestar a los vecinos”, apunta Cristina Paraira, teniente de alcalde de Entorno Urbano. Los sensores están activos desde que las luces se encienden hasta la 1.30. El resto de la noche la farola continúa iluminando, pero sin detectar el ruido.

El Ayuntamiento quiere extender la iniciativa a otras plazas de la ciudad, pero primero evaluará si funciona. “Nos tenemos que dar un margen y esperar a abrir las ventanas”, apunta Paraira. Así, la concejal espera que en julio se podrá hacer un primer sondeo entre vecinos y restauradores.

Paraira apunta que el proyecto ha sido acogido de formas diferentes entre los restauradores y algunos de ellos han expresado su inquietud y sus dudas. “Es normal porque es una medida nueva. Algunos temen ser multados, pero la voluntad no es sancionar ni a empresarios ni a vecinos, sino concienciarlos y favorecer la convivencia”, remacha la concejal.

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