Los delitos de odio por motivos políticos se duplican por el ‘procés’

La delincuencia crece por primera vez en los últimos ocho años en Cataluña (un 4%) por el aumento de los robos

Pintadas en la sede del PSC en el barrio de Les Corts, en Barcelona.

Los fiscales especializados en delitos de odio llevan tiempo avisando y los Mossos han puesto cifra a esa preocupación: la intolerancia y la discriminación se extienden. El año pasado, estos delitos —que castigan a colectivos vulnerables— crecieron un 59,6% en Cataluña, lo que incluye ataques a personas por su religión, su condición sexual o su etnia. El mayor incremento se dio en los delitos motivados por la orientación política, cuyo número se duplicó. La mayoría de los 152 casos denunciados en 2017 —frente a 72 del año anterior— ocurrieron en el último trimestre, en plena tensión política p...

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Los fiscales especializados en delitos de odio llevan tiempo avisando y los Mossos han puesto cifra a esa preocupación: la intolerancia y la discriminación se extienden. El año pasado, estos delitos —que castigan a colectivos vulnerables— crecieron un 59,6% en Cataluña, lo que incluye ataques a personas por su religión, su condición sexual o su etnia. El mayor incremento se dio en los delitos motivados por la orientación política, cuyo número se duplicó. La mayoría de los 152 casos denunciados en 2017 —frente a 72 del año anterior— ocurrieron en el último trimestre, en plena tensión política por el procés y el referéndum del 1 de octubre.

Un total de 106 personas fueron víctimas de discriminación por motivos políticos, una causa que superó el año pasado a la religiosa y se colocó en segunda posición entre los delitos de odio. El contexto político en Cataluña parece clave para entender ese incremento. En los meses previos y posteriores al referéndum ilegal del 1-O, el clima de tensión política se disparó y se sucedieron actos de hostigamiento y acoso, algunos a través de las redes.

La expulsión de los agentes de la Policía la Guardia Civil de los hoteles de Calella y Pineda donde estuvieron alojados durante el dispositivo para impedir las votaciones. Los insultos de un profesor de la Universidad de Barcelona contra el líder del PSC, Miquel Iceta, en la campaña para las autonómicas del 21-D: a través de Twitter, le acusó de tener “los esfínteres dilatados”. La alegría expresada por un joven de 20 años, también a través de esa red social, tras conocer la muerte del ex fiscal general del Estado José Manuel Maza. O los comentarios de algunos profesores del instituto El Palau de Sant Andreu de la Barca, que recriminaron a alumnos hijos de guardias civiles la actuación de sus padres al reprimir el referéndum del 1-O.

Todas esas acciones valieron la actuación de la fiscalía especializada en delitos de odio de Barcelona, que gestiona una sola persona. El incremento, sin embargo, se dio en otros ámbitos. Por ejemplo, los ataques por discriminación religiosa (un 75%) contra el colectivo LGTBI (57%) o por motivos étnicos (41,2%). También crecieron otros casos vinculados a discapacidades físicas, antisemitismo o aporofobia; esta última, una forma de discriminación dirigida a las personas sin hogar (14,3%).

Los Mossos d’Esquadra han divulgado este viernes los datos de delincuencia de Cataluña en 2017. Aunque las situaciones y los escenarios son muy diversos, lo cierto es que las cifras no son positivas. En los últimos ocho años, la tendencia había sido claramente a la baja. El año pasado, en cambio, se registró un aumento general del número de delitos: de un 4,1% en Cataluña y de un 7,4% en Barcelona, donde ha tenido especial incidencia el aumento en el número de hurtos, que suponen la gran mayoría (65%) de los hechos delictivos que ocurren en la ciudad.

Fue un año especial en muchos sentidos. Así como la tensión por el procés disparó los delitos de odio, hubo otros acontecimientos extraordinarios que también han alterado algunas estadísticas. Como la de homicidios. Los ataques terroristas de agosto en La Rambla de Barcelona y Cambrils provocaron 16 muertos y elevaron el número total de fallecidos por homicidios o asesinatos a 65 (frente a los 55 del año anterior). Por ese mismo motivo, la policía catalana destinó muchas más horas de trabajo (1,7 millones) a lucha antiterrorista.

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Más robos con violencia

El mayor peso en el aumento de la delincuencia se lo llevan los delitos contra la propiedad. En especial, por su elevado número, las estafas a través de internet y los hurtos, señaló el portavoz de los Mossos, Albert Oliva. El portavoz agregó que, salvo el año pasado, el número de delitos acumula una caída del 3% desde 2013. De los 508.274 hechos delictivos registrados a lo largo de 2017, el 85% fue por robos, que aumentaron en general un 4,6%.

Dentro de esa categoría, sin embargo, hay fluctuaciones que no siempre son fáciles de entender. Los robos con fuerza en domicilios —uno de los que causan mayor alarma social— se redujeron un 2%. Pero los asaltos violentos, que también provocan estupor, aumentaron y de forma considerable: un 12,6%, sobre todo en establecimientos. Los hurtos también experimentaron un aumento notable en Barcelona y su área metropolitana y en algunas zonas turísticas de Girona y Tarragona. Girona, por cierto, es la segunda demarcación donde más crecen los delitos (5,2%).

Las agresiones sexuales repuntaron un 2%: se produjeron 757 casos, casi dos cada día. Nada nuevo porque, en los últimos ocho años, la cifra de este tipo de agresiones no hace más que aumentar. Todos los autores son hombres.

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