Investigan las extrañas circunstancias de la muerte de una excursionista en Montagut

Diferentes objetos de la víctima marcaron el camino a los bomberos para hallar su cuerpo despeñado

Dos bomberos de los equipos de rescate en el parque de Olot.CARLES GARFELLA

Los Mossos d’Esquadra investigan las extrañas circunstancias que rodean la muerte de una vecina de Girona, de 43 años y de origen checo, que salió de acampada con su pareja entre Montagut y Oix (Garrotxa) y que fue hallada sin vida en un risco escarpado al que se accede por una pendiente casi imposible de transitar. Según su pareja, la mujer salió a andar a las siete de la mañana del domingo –descalza y sin abrigo– y no regresó. No denunció su desaparición hasta 10 horas más tarde. El cuerpo fue h...

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Los Mossos d’Esquadra investigan las extrañas circunstancias que rodean la muerte de una vecina de Girona, de 43 años y de origen checo, que salió de acampada con su pareja entre Montagut y Oix (Garrotxa) y que fue hallada sin vida en un risco escarpado al que se accede por una pendiente casi imposible de transitar. Según su pareja, la mujer salió a andar a las siete de la mañana del domingo –descalza y sin abrigo– y no regresó. No denunció su desaparición hasta 10 horas más tarde. El cuerpo fue hallado el lunes gracias a un rastro de objetos de la víctima. Al ser una zona de muy difícil acceso el cuerpo no se ha podido recuperar hasta este martes. Todas las hipótesis están abiertas.

La madrugada del domingo era la segunda que pasaban en la zona. Según el hombre, a las siete de la mañana le dijo que “quería ir donde estaba la gente”; él pensó que “deliraba” y le dijo que fuera donde quisiera. Y siguió durmiendo hasta las ocho. Al levantarse no la vio y dijo a la policía que la estuvo buscando hasta que a las cinco y media decidió llamar al 112. Los equipos de emergencia la buscaron sin éxito. Al día siguiente se sumaron la unidad canina y el Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE) de los bomberos.

Fue un bombero quien a unos 300 metros de donde había estado la tienda de campaña vio brillar una cajita naranja, donde la víctima llevaba unas galletas. A escasa distancia encontraron su mochila roja, después un jersey negro y finalmente su fular naranja, todo un camino de rastros que les llevó hasta una pendiente casi imposible de descender. Los bomberos creen que sin estos rastros jamás hubieran encontrado el cuerpo, que quedó bajo unas ramas y matojos en la zona de la Font del Sant. Este martes, tras desbrozar la zona para que pudiera descender el helicóptero, se ha hecho el levantamiento del cadáver.

La autopsia, que se hará este miércoles, es clave para aportar luz a esta muerte. Bomberos e investigadores coinciden en la existencia de incongruencias en el relato de los hechos y en los hechos en sí. Consideran evidente la peligrosidad de la pendiente y que nadie “en su sano juicio” habría bajado descalzo. En el caso que hubiera querido quitarse la vida, a escasos tres metros de donde cayó había un acantilado de 30 metros de altura. Otra posibilidad que por el momento no se descarta es que su pareja, un docente de la Universidad de Girona con antecedentes por violencia doméstica con otra mujer, también del Este de Europa, tuviera algo que ver.

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