Barcelona recuerda los bombardeos con una exposición, un libro y un ‘mapping’

El Ayuntamiento programa actividades sobre los ataques de hace 80 años dirigidas a las escuelas de primaria y secundaria

El mapping El árbol de la memoria se proyectará en la fachada del Ayuntamiento para recordar los bombardeos de la guerra.

En 40 horas y 55 minutos los días 16 y 18 de marzo de 1938 sobre Barcelona cayeron 44.960 kilos de bombas –de entre 20 kilos y 250– desde 3.800 y 6.000 metros de altitud. Las arrojaron aparatos de la aviación de Mussolini –Savoia-Marchetti SM81 Pipistrello, Bombardamento Notturmo/SM79 Sparvieri y Bombardamento Veloce– y mataron a 551 personas, hirieron a 1.151, destruyeron totalmente o de forma parcial 172 edificios y quedaron afectados otros 273, según los datos de la Junta Local de Defensa Pasiv...

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En 40 horas y 55 minutos los días 16 y 18 de marzo de 1938 sobre Barcelona cayeron 44.960 kilos de bombas –de entre 20 kilos y 250– desde 3.800 y 6.000 metros de altitud. Las arrojaron aparatos de la aviación de Mussolini –Savoia-Marchetti SM81 Pipistrello, Bombardamento Notturmo/SM79 Sparvieri y Bombardamento Veloce– y mataron a 551 personas, hirieron a 1.151, destruyeron totalmente o de forma parcial 172 edificios y quedaron afectados otros 273, según los datos de la Junta Local de Defensa Pasiva de Barcelona y otras fuentes. Un mapa de esos bombardeos conservado por el Ufficio Storico Aeronautica Militare Italiana sitúa las zonas que sufrieron más impactos: Ciutat Vella, el centro del Eixample, otra área más cercana a la plaza de Espanya, las baterías antiaéreas y el distrito de Sant Andreu. No fueron los únicos bombardeos de la aviación italiana para facilitar la ofensiva franquista porque en enero ya dejaron caer bombas en el Poblenou, la Barceloneta, Sant Andreu, Can Tunis, el Gòtic, Raval, l’Eixample, el Guinardó y el puerto.

“En cierto modo se podría calificar de terrorismo masivo desde el aire sobre la población indefensa, algo que, por desgracia, sigue pasando ahora en otras partes del mundo”, ha definido Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento, en la presentación de una batería de actividades programadas por el consistorio para recordar los ataques de esos tres días de marzo, los más crueles que sufrió la capital catalana. Barcelona bombardejada 1936-1939.Volem la pau, no l’oblit es el nombre genérico del programa que arranca con la instalación artística L’Arbre de la Memòria en forma de vídeo mapping en 3D con luz –en blanco y negro– y sonido. El mapping diseñado por Xavi Bové –y comisariado por Daniela Aronica– no reflejará en la fachada del Ayuntamiento bombas que caigan del cielo o destrucción, será un árbol que emerge de la tierra y se proyectará sobre el cielo de Barcelona. “Se trata de algo más conceptual, más sobrio”, ha explicado Bové. Una voz en off se encargará de contextualizar lo que se va a ver en un espectáculo que durará unos 10 minutos y se podrá ver los días 16,17 y 18 varias veces a partir de las siete de la tarde. Sin música, solo voces de mujeres, hombres y niños.

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“Es éticamente bueno y culturalmente necesario recordar lo que pasó”, ha apuntado Ricard Vinyes, Comisionado de Memoria del Ayuntamiento, convencido de que el conocimiento de lo ocurrido durante la guerra civil es efectivo para tener una idea de cuáles son los efectos de la destrucción. Sobre ese concepto girará la exposición Una infància sota les bombes, pensada como una acción de divulgación sobre la vivencia de niños y niñas que sufrieron los ataques aéreos. Comisariada por el historiador Jordi Guixé, se podrá ver en el Born desde julio hasta diciembre de este año. Un contenido de la muestra que tomará forma de dossier pedagógico y se pondrá a disposición de escuelas de primaria y secundaria.

Dentro del 80 aniversario de los bombardeos, en septiembre se editará Barcelona, topografía de la destrucció, un libro editado por la Fundació Pi i Sunyer y escrito por Mireia Capdevila y Laia Arañó. Un trabajo de investigación en archivos municipales que detallará los lugares de los impactos de las bombas. El consistorio está concluyendo un inventario para documentar los más de 1.300 refugios antiaéreos localizados en Barcelona, aunque no se pronuncia sobre la posibilidad de abrir algunos a visitas.  Actualmente se puede acceder a dos, el de la falda de Montjuïc y el de la plaza del Diamant, en Gràcia. Para recordar el ataque de esos días hace 80 años se colocarán señalizaciones en puntos de la ciudad, como ya se hizo en la Escola del Mar de la Barceloneta que quedó completamente destruida el 7 de enero de 1938.

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