Cementerios de bicis

En China el éxito de las bicicletas ha sido tal que algunas urbes han tenido que habilitar lugar para almacenar aquellas que quedan olvidadas por las calles

Un empleado en un basurero de bicicletas en Xiamen. CHINA STRINGER NETWORK (REUTERS / Cordon Press)

El uso de la bicicleta en China ha experimentado en los últimos años varias revoluciones. La primera fue un cambio de visión: aunque se trata del país con más bicis del mundo, las dos ruedas estaban asociadas a la escasez de recursos. El coche se aprovechó de eso hasta que hace un par de años la bici pasó a ser no solo más eficiente y rápida, sino también moderna y cool. En diciembre de 2015 aparecieron los primeros sistemas de bicicletas de uso público basadas en el free floating (flota libre) y todo volvió a cambiar.

Este modelo de negocio, inspirado en los sistemas ...

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El uso de la bicicleta en China ha experimentado en los últimos años varias revoluciones. La primera fue un cambio de visión: aunque se trata del país con más bicis del mundo, las dos ruedas estaban asociadas a la escasez de recursos. El coche se aprovechó de eso hasta que hace un par de años la bici pasó a ser no solo más eficiente y rápida, sino también moderna y cool. En diciembre de 2015 aparecieron los primeros sistemas de bicicletas de uso público basadas en el free floating (flota libre) y todo volvió a cambiar.

Este modelo de negocio, inspirado en los sistemas de bicicletas públicas de muchas ciudades europeas, no utiliza bases, sino que permite alquilar los velocípedos a pie de calle y dejarlos en cualquier lugar dentro del área donde operan. Así aparecen en plazas, aceras o aparcabicis públicos.

En China su éxito ha sido tal que algunas urbes han tenido que crear cementerios de bicicletas para almacenar aquellas que quedan olvidadas por las calles. Otras han tenido que prohibir su proliferación; tal es el caso de Shanghái, que el verano pasado, tras constatar que poseía 1,5 millones de bicis de estos sistemas (una por cada 16 habitantes), limitó la llegada de nuevos velocípedos.

“Con este auge se plantea una disputa del espacio público y se debe buscar una regulación”, opina Antoni Poveda, presidente de la Red Española para Ciudades por la Bicicleta, que organizó unas jornadas en Madrid para analizar el impacto de este tipo de sistemas en las ciudades españolas. En la capital ya operan varios, y aunque el modelo aún no genera graves incidencias, el Ayuntamiento está pendiente de su evolución para evitar problemas como los habidos en otras ciudades. Para ello, estudia regular el espacio urbano que ocupan estas bicis, obligar a redistribuirlas para evitar que se concentren en gran número e implicar a las empresas propietarias de los vehículos en caso de que sean abandonadas.

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