Atrapa ese ‘ex-libris’

En el Museo de la Imprenta Municipal-Artes del Libro percibieron que faltaba algo: “El centro presentaba un déficit de fondos al no contar con piezas relacionadas con la escritura manuscrita y caligráfica”, cuentan Belén Llera, directora general de Museos, Archivos y Bibliotecas del Ayuntamiento. Para solventar esas carencias, este acaba de adquirir la colección Del Olmo y Vilas, formada por alrededor de 70.371 objetos. “Es una colección clave en las artes gráficas”, añade Llera. La alcaldesa Manuela Carmena (Ahora Madrid) anuncia hoy, en la comisión de Cultura y Deportes, que el Consistorio —...

En el Museo de la Imprenta Municipal-Artes del Libro percibieron que faltaba algo: “El centro presentaba un déficit de fondos al no contar con piezas relacionadas con la escritura manuscrita y caligráfica”, cuentan Belén Llera, directora general de Museos, Archivos y Bibliotecas del Ayuntamiento. Para solventar esas carencias, este acaba de adquirir la colección Del Olmo y Vilas, formada por alrededor de 70.371 objetos. “Es una colección clave en las artes gráficas”, añade Llera. La alcaldesa Manuela Carmena (Ahora Madrid) anuncia hoy, en la comisión de Cultura y Deportes, que el Consistorio —tras abonar 750.000 euros por la colección Del Olmo y Vilas— la incluirá en los fondos del Museo de la Imprenta-Artes del Libro.

“Es uno de los conjuntos más importantes de artes gráficas que existen en España y de gran relevancia internacional, tanto por la cantidad de piezas como por la calidad de las mismas”, añaden desde el Área de Cultura municipal. El origen de este conjunto de piezas se encuentra en la inquietud y la pasión de Javier G. del Olmo y Esther Vilas. Ambos coleccionistas recorrieron, durante cinco décadas, tiendas de Europa, almonedas y mercadillos, como el Rastro, en busca de todo tipo de objetos relacionados con la escritura.

Actualmente, la colección aparece inventariada en dos bloques. El primero, formado por libros, periódicos, revistas, recortes de prensa, manuscritos —donde se incluyen rulos y tablas coránicas—, partituras o cuadernos. El segundo consta de bienes usados; piezas de arte; antigüedades —algunas centenarias—; y todo tipo de objetos con interés histórico para el estudio de la escritura y de la imprenta. Entre estos últimos aparecen piezas de ephemera (materiales escritos e impresos de corta duración); ex-libris; o material relacionado con la caligrafía, las artes plásticas y la fabricación de libros (plumas, ábacos, cizallas, compases, cortaplumas...). También, materiales usados para realizar diversos tipos de ilustraciones, así como los procesos de grabado.

“La letra queda, aunque sea fosforesciendo en la pantalla de un monitor o en la impresora de un terminal”, define Del Olmo el origen de su pasión. Decía estas palabras en la inauguración de la muestra Papel y pluma, que en 1985 exhibió parte de la colección. A lo largo de los años, los tesoros de Del Olmo y Vilas se han podido ver en otras exposiciones temporales como Escribas y calígrafos, en 1998; Historia de la escritura, en 2002; y Un paseo por la escritura, en 2006.

Todas esas muestras evidenciaban el carácter genuino de esta colección: “Se trata de una serie de objetos muy singular, por su temática y tipología”, resume la directora general de Museos, Archivos y Bibliotecas. “Además, esconde piezas efímeras, de poco valor en su momento, que al ser puestas en contexto, aportan un punto de vista excepcional”, añade la directora que valora la preservación de todo este conjunto para las generaciones futuras

Desde el museo, ubicado en la calle de Concepción Jerónima, 15, consideran que la adquisición enriquece “enormemente” el patrimonio municipal y representa la consolidación del centro como una referencia con respecto a las artes gráficas: “Nos da un enorme potencial divulgativo de cara al futuro”.