Joaquín Cortes: “Mi flamenco es más salvaje que el de Antonio Gades”

El bailaor estrena ‘Esencia’ el 11 de mayo en el Teatre Tívoli de Barcelona

Joaquín Cortés, durante la presentación del nuevo espectáculo.

Derrochando simpatía y más seductor, si cabe, que en el escenario, el bailaor Joaquín Cortés (Córdoba 1969) presentó su último espectáculo, Esencia, que se estrenará el 11 de mayo en el Teatre Tívoli de Barcelona. El artista está ilusionado con este proyecto al que se le suma el rodaje de una próxima película en Nueva York, si bien no ha querido desvelar ni el director ni otros detalles del proyecto. “La última vez que bailé en esta ciudad fue en 2014, también en el Tívoli. Adoro Barcelona tengo muchos amigos aquí y ...

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Derrochando simpatía y más seductor, si cabe, que en el escenario, el bailaor Joaquín Cortés (Córdoba 1969) presentó su último espectáculo, Esencia, que se estrenará el 11 de mayo en el Teatre Tívoli de Barcelona. El artista está ilusionado con este proyecto al que se le suma el rodaje de una próxima película en Nueva York, si bien no ha querido desvelar ni el director ni otros detalles del proyecto. “La última vez que bailé en esta ciudad fue en 2014, también en el Tívoli. Adoro Barcelona tengo muchos amigos aquí y no descarto la posibilidad de vivir en Barcelona una temporada”, explica el bailarín. “Esencia es un trabajo muy personal, que he concebido como un regalo a mi público que me ha sido fiel desde el principio de mi trayectoria profesional. En este espectáculo hay cuarenta artistas en escena, entre los que destacan nueve bailarinas de danza española, una bailaora, un bailarín de danza contemporánea y 17 músicos, además de diversos cantaores. Como es habitual fusiono diferentes estilos de baile y música”, explica el artista.

“El hilo argumental de Esencia es un paseo por mi vida profesional, desde que era niño cuando soñaba en emular a mi tío, el bailaor Cristóbal Reyes, y estudiaba ballet y me vio Azari Plisetski, el gran profesor de danza clásica y hermano de Maia Plisétskaya, y quiso llevarme a San Petersburgo, a la escuela Vaganova. Pero para una familia gitana esa proposición era una locura y no fui, hasta ahora que me he convertido en el bailarín español más internacional”, afirma..

Pese a la seguridad que le da a este bailaor el reconocimiento internacional, saber que llena estadios de fútbol, que en Rusia, Japón o Estados Unidos quiere financiar una escuela de danza con su nombre, al artista le duele la falta de reconocimiento aquí: "me han dado la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes, pero hay mucho otros premios en este país que no me han dado, aquí hasta que no te mueres no reconocen tu valía como artista, además la política cultural del actual Gobierno es nefasta para los artistas, tanto para lo que empiezan como para los consagrados”, afirma.

A pesar que reconoce que a sus 48 años no tiene el cuerpo de antes, no piensa en retirarse. “Antonio Ruiz y Antonio Gades bailaron hasta una edad avanzada pero su baile era diferente que el mío, mi flamenco es más salvaje y requiere una vitalidad y fuerza que no sé hasta cuando la tendré, pero no pienso en colgar las botas, es una idea que me estremece”.

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