Lugares a los que ir a morir

1. Lamian by Soy Kitchen. Es un sitio de fusión asiática que es super barato y está super-super-super-bien. Me lo descubrió en verano un amante que tengo y voy con cierta frecuencia, además suelen cambiar la carta. Es pequeñito, minimalista, no tien...

1. Lamian by Soy Kitchen. Es un sitio de fusión asiática que es super barato y está super-super-super-bien. Me lo descubrió en verano un amante que tengo y voy con cierta frecuencia, además suelen cambiar la carta. Es pequeñito, minimalista, no tiene grandes pretensiones sino todo lo contrario. Tienen un ceviche muy especial, nada típico, y un tartar muy rico (Plaza Mostenses, 4).

2. La Venencia. Vivo en el Barrio de la Letras y me gusta ir a esta vieja taberna llena de viejos toneles. Te ponen un vino dulce que está buenísimo, de hecho si pides cerveza se enfadan. Allí me cojo unos pedos finísimos. Es un buen sitio para acabar un domingo por la tarde, quizás después de un after hours, y morir ya del todo (Echegaray, 7).

3. Calle Santiago. Es una calle preciosa para pasear, en verano, soleada, es acojonante. Se está poniendo un poco turística, con las cartas en inglés y así, pero no importa, conserva un encanto especial. Allí al final, en la plaza Santiago, está el bar Santos, que tiene la mejor cerveza de Madrid, una terraza estupenda, y, además, te puedes encontrar a todos mis amigos, que son muy creativos.

4. Entre suspiro y suspiro. La señora siempre nos trata como si fuera la primera vez que vamos y eso que vamos muchísimo, como una vez a la semana. Nos ofrece un aperitivo y tal, como si fuéramos nuevos. La comida es mexicana, me encantan los platos con carne de ciervo y un mero con una salsa deliciosa (Caños del Peral, 3).

5. Restaurante Amazónico. Este sitio es un poco petardo, está como de moda y te encuentras a mucha gente que está allí porque hay que ir, pero es monísimo, sofisticado, en plan bien. Es un poco caro pero lo vale: todo está delicioso, y eso que no me acuerdo ahora muy bien como es la comida. Pero hay que ir (Jorge Juan, 20).

6. Librería Antonio Machado. Soy socia. Ahí te puedes encontrar a Almodóvar y muchos intelectuales como progres, de los de antes, de izquierdas pero que ya no lo son tanto, pero que lo siguen siendo, y Podemos les marea. Te encuentran lo que quieras, el libro que sea. Hace poco me consiguieron los diarios de Anaïs Nin, que los llevaba buscando mucho tiempo (Fernando VI, 17).

7. Amores eternos y Magpie Vintage. La primera una tienda vintage que me encanta, tiene ropa y bisutería estupenda de los 50, 60, 70, etc. Trabajan mucho en el mundo del cine y la publicidad, y, si les convences, también te venden esas prendas a ti. En la segunda, también rollo retro, me gusta comprar esos jerseys con motivos alpinos (Santa Bárbara, 9, y Velarde, 3).

8. Verbena Bar. Siguiendo en la calle Velarde, ya cerca del Dos de Mayo, te puedes tomar algo en este sitio que está fenomenal, es monísimo y te tratan superbién. Las croquetas están buenísimas. Yo lo frecuento en plan primera caña de la noche. Yo adoro beber (Velarde, 24).

9. Alrededores de la Plaza Mayor. Los frecuento mucho porque vivo cerca y me pillan de paso a muchos sitios. Por ejemplo al bar Pavón (Embajadores, 9), un bar tradicional que han remodelado y es frecuentado por actores, guionistas, escritores, ilustradores y gente así: siempre me encuentro gente, hay energías que me llevan hacia allí. También cruzo la Plaza Mayor para ver si mi ex, que vive en Ópera, me devuelve la Thermomix.

10. El Imparcial. Mi familia, los Peces-Barba (Gregorio, padre de la Constitución, era mi tío), tienen una foto de cuando estaba allí la redacción del diario El Imparcial. Ahora es un restaurante y tienda, al que voy mucho a comer tartar (Duque de Alba, 4).