Madrid contará con 130 aseos públicos en las calles a partir del verano
El nuevo contrato de chirimbolos renovará unos 2.000 elementos informativos en toda la ciudad, que contarán con wifi y pantallas digitales para distribuir información de utilidad
La capital estrenará en verano el nuevo mobiliario urbano (los conocidos como chirimbolos) que sustituirá al actual, muy envejecido, e incluirá servicios adicionales a su función fundamental (mostrar información y publicidad) como conexión a Internet para acceder a contenidos culturales o de turismo, reciclado de pilas y vidrio, e incluso 130 aseos públicos.
Dos días antes de las elecciones municipales del 24 de mayo, el Ayuntamiento de Madrid, presidido entonces por Ana Botella (Partido Popular), licitó un contrato de 128 millones de euros y 12 años de duración para renovar todo el mob...
La capital estrenará en verano el nuevo mobiliario urbano (los conocidos como chirimbolos) que sustituirá al actual, muy envejecido, e incluirá servicios adicionales a su función fundamental (mostrar información y publicidad) como conexión a Internet para acceder a contenidos culturales o de turismo, reciclado de pilas y vidrio, e incluso 130 aseos públicos.
Dos días antes de las elecciones municipales del 24 de mayo, el Ayuntamiento de Madrid, presidido entonces por Ana Botella (Partido Popular), licitó un contrato de 128 millones de euros y 12 años de duración para renovar todo el mobiliario urbano informativo de la ciudad. Debía haber entrado en vigor en octubre, pero fue declarado desierto. Eso obligó a retrasar indefinidamente la renovación de los casi 2.000 chirimbolos (antiguos y de estilos muy diferentes) diseminados por la ciudad.
El nuevo contrato incluía un canon anual de 10.405.600 euros, que la adjudicataria pagaría al Ayuntamiento a cambio de explotar la publicidad. Según informó el gobierno municipal de Ana Botella, ese canon es un 61% superior al que percibía el Ayuntamiento con el contrato anterior. El exalcalde Alberto Ruiz-Gallardón (Partido Popular) adjudicó el anterior contrato en julio de 1994 por 15 años, y lo prorrogó en 2009 y 2012; esa última prórroga fijaba el pago en 6.347.900 euros por la explotación de 1.992 chirimbolos.
La concesión expiraba el 28 de julio de 2015, pero el Ayuntamiento no licitó el nuevo contrato hasta el 22 de mayo. Al quedar desierto, hubo que extender el anterior servicio de forma extraordinaria. A la licitación se presentaron dos empresas: la francesa JCDecaux (que gestionaba el anterior) y la estadounidense Clear Channel. Ninguna de las dos cumplió todos los requisitos del pliego, según fuentes municipales.
El Tribunal Administrativo de Contratación Pública obligó a reabrir el concurso, estimando el recurso de Clear Channel, y abrió un periodo de subsanación de errores para que las empresas rectificaran sus ofertas. Pero sólo ofreció la opción a esta empresa, que fue la que finalmente se llevó el contrato, según adelantó El Mundo.
Wifi y aseos públicos
El contrato finalmente adjudicado permitirá instalar 2.094 chirimbolos (frente a los 1.992 actuales), distribuidos de esta manera: 1.310 mupis (mueble urbano para la presentación de información), de los cuáles 400 servirán también para recoger pilas; otros 300 con pantallas digitales; 190 contenedores de vidrio; 164 columnas informativas; y 130 aseos públicos (frente a los 27 actualmente en servicio; costará 10 céntimos su uso, excepto para barrenderos y taxistas). Todos estos elementos permitirán descargar información de interés general (turística, cultural, de participación ciudadana, etcétera) en cuatro idiomas a través de wifi o bluetooth.
Finalmente, el Ayuntamiento (además de no poner ni un euro porque los chirimbolos los fabrica y gestiona la concesionaria) ingresará un canon anual de 13.626.400 euros, a los que se sumará un porcentaje de la publicidad (en el caso de que los ingresos superen la previsión estipulada en el contrato). Según ha indicado la Concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible, el nuevo mobiliario (diseñado por el estudio de arquitectura Vicens & Ramos) está revestido de un material con dióxido de titanio que contribuye a eliminar suciedad, malos olores y contaminación.