La ‘caja’ de la cooperativa de Cambrils deja atrapados a 1.500 ahorradores

La entidad se ha visto forzada a pedir el preconcurso de acreedores y ha dejado bloqueados hasta 32 millones de euros

Entrada de la cooperativa agrícola de Cambrils, ayer.Josep Lluis Sellart

La sección de crédito de la cooperativa agrícola de Cambrils se ha visto forzada a solicitar el preconcurso de acreedores y ha dejado bloqueados hasta 32 millones de euros que cerca de 1.500 clientes y ahorradores tenían depositados en sus cuentas. Otra vez una cooperativa agrícola de la provincia de Tarragona y, otra vez, en los días previos a la Navidad. Cuatro años después del caos en que se sumió la cooperativa de L’Aldea (Baix Ebre), la sección de crédito del sindicato agrario de Cambrils ha empezado a escribir su final. La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) trató ayer...

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La sección de crédito de la cooperativa agrícola de Cambrils se ha visto forzada a solicitar el preconcurso de acreedores y ha dejado bloqueados hasta 32 millones de euros que cerca de 1.500 clientes y ahorradores tenían depositados en sus cuentas. Otra vez una cooperativa agrícola de la provincia de Tarragona y, otra vez, en los días previos a la Navidad. Cuatro años después del caos en que se sumió la cooperativa de L’Aldea (Baix Ebre), la sección de crédito del sindicato agrario de Cambrils ha empezado a escribir su final. La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) trató ayer de hacer un llamamiento a la calma y puso de relieve que el proceso de liquidación se hará de manera ordenada y bajo el amparo de la Generalitat.

Un cartel pegado en la puerta de la Caixa Agrària informaba desde primera hora de ayer que la oficina, situada en el centro de Cambrils, permanecería cerrada hasta nuevo aviso. Difícilmente ese nuevo aviso traerá noticias halagüeñas, puesto que la entidad de crédito cierra “por carencia de liquidez”. Desde marzo se estaba trabajando en un plan de viabilidad para dar de baja la sección de crédito e integrarla en BBVA, pero la situación se ha precipitado porque el dinero para hacer frente a la totalidad de los traspasos de los depósitos no ha llegado.

La incertidumbre es latente en el municipio y hay miedo a un posible corralito porque 32 millones de euros de unos 1.500 clientes se hallan congelados. De hecho, el cajero automático que luce en la fachada de la entidad ya no ejecuta reintegros y algunos clientes de la Caixa Agrària lamentaban ayer que desde hace días sufren dificultades para poder disponer de su dinero. Una asamblea general extraordinaria de socios de la cooperativa agrícola acordó la semana pasada poner en marcha los trámites para dar de baja la sección de crédito, pero la inmediatez de la medida ha tomado por sorpresa a no pocos afectados.

Xavier Mas, director adjunto de la cooperativa de Cambrils, atribuyó a un problema de liquidez el desbarajuste en la Caixa Agrària y rechazó hablar de dificultades relacionadas con la solvencia de la cooperativa, donde hay 40 personas empleadas. Sin embargo, el propio Mas reconoció una deuda de 9,5 millones de euros en los balances de la cooperativa, que había asumido la propia sección de crédito hasta que las tensiones de caja se hayan hecho insostenibles.

La cooperativa confió en que los 1.500 clientes, básicamente pequeños y medianos ahorradores, que se han visto atrapados por el preconcurso de acreedores podrán recuperar el dinero. Sin embargo, nadie se atreve a proponer un calendario. La Federación de Cooperativas Agrarias de Cataluña (FCAC) trató de regatear el preconcurso. Tenía comprometido un préstamo de 10 millones de euros para dar aire a la cooperativa y el traspaso de fondos se pudiera hacer sin sobresaltos. Pero los acontecimientos se precipitaron y las negociaciones se rompieron al hacerse necesarios otros cuatro millones de euros extra para reanimar el cadáver agonizante en que se había convertido la sección de crédito.

LA FCAC lamentó ayer en un comunicado que no se haya podido desarrollar “el plan de trabajo que tenía que dar liquidez” a la cooperativa. En la misma línea negó que haya motivos de alarma porque la medida de cierre responde a un plan previsto y que está tutelado por la Generalitat. La FCAC justifica el cierre como necesario porque la sección de crédito había crecido más que las actividades agrarias y la cooperativa se estaba comportando “más como un banco que como una cooperativa agrícola”.

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El Departamento de Economía de la Generalitat, que recordó que desde 2014 “16 cooperativas han dado de baja sus secciones de crédito”, dijo que se apostó por una “externalización de la sección de crédito”, lo que suponía el traspaso de las cuentas a una entidad bancaria. Para asegurar la continuidad del negocio agrícola la Generalitat se comprometía a prestar dos avales condicionados a esa operación, que no culminó y ahora compromete la viabilidad del negocio.

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