Juzgado el acusado de torturar y matar a una vendedora de la ONCE

La mujer despachaba cupones en Valls y fue asaltada en su domicilio mientras dormía

La Audiencia de Tarragona juzga desde hoy al hombre acusado de asaltar y torturar hasta la muerte a una vendedora de la ONCE en Valls (Alt Camp). El procesado se enfrenta a una condena de 35 años de cárcel porque, según la Fiscalía, además de asfixiarla con una bolsa de plástico en la cabeza, le cortó dos dedos de una mano y, posteriormente, le robó cupones de lotería por valor de 4.100 euros.

El acusado, que está aquejado de problemas visuales y también había sido vendedor de cupones, ha pedido poder prestar declaración al final del juicio. El tribunal sí ha podido escuchar hoy el rela...

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La Audiencia de Tarragona juzga desde hoy al hombre acusado de asaltar y torturar hasta la muerte a una vendedora de la ONCE en Valls (Alt Camp). El procesado se enfrenta a una condena de 35 años de cárcel porque, según la Fiscalía, además de asfixiarla con una bolsa de plástico en la cabeza, le cortó dos dedos de una mano y, posteriormente, le robó cupones de lotería por valor de 4.100 euros.

El acusado, que está aquejado de problemas visuales y también había sido vendedor de cupones, ha pedido poder prestar declaración al final del juicio. El tribunal sí ha podido escuchar hoy el relato de su expareja, quien ha asegurado que el hombre siempre ha negado tener relación con el asesinato. Achaca a trabajos de jardinería los arañazos que presentaba en manos y brazos cuando le detuvieron. Sin embargo, los representantes de la ONCE mantienen que en casa del acusado se hallaron las llaves del quiosco de lotería de la víctima, así como diverso material de trabajo de ella.

El cadáver de la lotera, de 50 años, fue hallado el 27 de mayo de 2013. La mujer vivía sola en un piso de Valls y sufría una discapacidad física que le impedía andar correctamente. Tenía, igualmente, problemas de movilidad en un brazo. El fiscal mantiene que el acusado, compañero de trabajo de la víctima y perfecto conocedor de la vulnerabilidad de la mujer, entró en su piso con ánimo de robar. La agredió físicamente con un objeto punzante que le fue clavando por distintas partes del cuerpo, causándole un dolor y un sufrimiento "innecesario", sostiene el fiscal. Terminó por cortarle dos dedos de una mano, que se llevó con él en su huida, y la asfixió tapándole la cabeza con una bolsa de plástico. El hombre, vecino de El Pla de Santa Maria (Alt Camp), logró cobrar en Tarragona parte de los boletos que había sustraído durante su asalto. La policía tardó más de un mes en detenerle.

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