MERCÈ 2015

La sustancia estuvo en medio

Lonelady se impuso en las actuaciones de la quinta noche de conciertos

Lonelady en la actuación en la plaza del Àngels.

Si en los bocadillos la sustancia esté en medio, entre las rodajas de pan, en la quinta noche de BAM ocurrió lo mismo, y la actuación con más sustancia fue precisamente la de en medio. No es que Jane Weaver y Solids fuesen pan del malo, pero la inglesa Lonelady, con su propuesta rítmica se llevó el gato al agua y fue el chorizo picante que puso sabor a una noche por lo demás no especialmente emocionante. En su recta final, el BAM sigue ofreciendo las mejores viandas cuando éstas no se apartan de la cocina tradicional.

Lo de Lonelady es una suerte de funk con dosis de post-punk. El mismo...

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Si en los bocadillos la sustancia esté en medio, entre las rodajas de pan, en la quinta noche de BAM ocurrió lo mismo, y la actuación con más sustancia fue precisamente la de en medio. No es que Jane Weaver y Solids fuesen pan del malo, pero la inglesa Lonelady, con su propuesta rítmica se llevó el gato al agua y fue el chorizo picante que puso sabor a una noche por lo demás no especialmente emocionante. En su recta final, el BAM sigue ofreciendo las mejores viandas cuando éstas no se apartan de la cocina tradicional.

Lo de Lonelady es una suerte de funk con dosis de post-punk. El mismo festival define el proyecto de Julie Ann Campbell como hijo del sonido de ESG, trío femenino de funk seco, severo, esquemático y amojamado. Y eso fue el concierto del proyecto de Julie, un concierto de funk, en su caso blanco, más concretamente inglés con el punto nervioso heredado del punk y expuesto a base de ritmos esquemáticos, mucha percusión, batería acústica y percusiones electrónicas, y con la voz encargada de redondear la melodía. Sin que Julie destaque como guitarrista, sus punteos eran sólo aseados, las lejanas evocaciones a bandas como Talking Heads o A Certain Ratio acompañaron a piezas de minutaje generoso, unos cinco o seis minutos, que mezclaban baile y oscuridad. Escuchar Groove It Up y hacerse una idea de los que propone Lonelady es inmediato.

Antes hubo pop, pop con deje electrónico y una vocalista de raíz folk, Jane Weaver, que creía cantar en una pieza inspirada en églogas. Demasiada afectación vocal para piezas que no destacaban por encima de la media y difícilmente llamaban la atención. Unos cuantos skaters, ajenos a todo, ambientaban la plaza dels Àngels ofreciendo al menos el entretenimiento visual que no brotaba del escenario. Más tarde, cerrando la noche, Solids, un dúo canadiense de batería y guitarra, evocó el rock de los noventa sin que quedase muy claro que se ganaba prescindiendo de más instrumentos.

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