Plegaria al cielo en Gràcia

Los nubarrones centran la atención de los vecinos en el pregón de fiestas del barrio

El balcón del Ayuntamiento de Gràcia durante el pregón de 2015.M. Minocri.

Es injusto juzgar un libro por su tapa. Y tal vez lo mismo se pueda aplicar para el pregón de una fiesta mayor. Porque si fuera el caso, los festejos de este año serán fríos, fríos. La actriz Mercè Montalà ha intentado este viernes, con pocos resultados, animar con su texto a un público que se repartía las miradas entre el balcón de la sede del distrito, la plaza de la Vila y los negros nubarrones en el cielo.

El acto que da el pistoletazo de salida a los seis días de festejos vecinales ha terminado co...

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Es injusto juzgar un libro por su tapa. Y tal vez lo mismo se pueda aplicar para el pregón de una fiesta mayor. Porque si fuera el caso, los festejos de este año serán fríos, fríos. La actriz Mercè Montalà ha intentado este viernes, con pocos resultados, animar con su texto a un público que se repartía las miradas entre el balcón de la sede del distrito, la plaza de la Vila y los negros nubarrones en el cielo.

El acto que da el pistoletazo de salida a los seis días de festejos vecinales ha terminado convertido en una gran plegaria para que no haya lluvia durante este fin de semana y que, con ella, no se vayan por la alcantarilla los meses de preparación de los laboriosos decorados. Los nervios como el ambiente eléctrico que preside a un aguacero se sentían en la piel. “Crucemos los dedos para que no llueva”, dijo Carla Carbonell, presidenta de la Fundación Fiesta Mayor en su intervención. Gran parte de la gente que abarrotaba la plaza asintió.

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Ella, como curtida constructora de decorados en Gràcia, sabe muy bien de lo que habla. Algunas calles han mermado el ritmo de trabajo con las previsiones meteorológicas, después de los chaparrones del jueves. Pero antes de las 9 de la mañana de este viernes todo tenía que estar listo. “No hay más margen. Que sea lo que Dios quiera”, se lamentaba uno de los vecinos de la calle Luis Antúnez, mientras armaba con sus compañeros un gran Dino, el dinosaurio de Los Picapiedra, que sirve de portal de la calle, cuyos ornamentos recuerdan la serie de dibujos animados. Y alguna mirada al cielo.

La lectura del pregón ha comenzado pasadas las siete de la tarde. Como es habitual, la organización dio tiempo para que la fiesta alternativa leyera su propio texto. Todos los ojos, como siempre, estaban puestos en el balcón aledaño a la sede del distrito, desde donde tradicionalmente se pregonaba. Allí un joven sin camisa, aparentemente turista, llevaba con sorpresa la atención de la que era objeto. Una mirada igual tenía una familia rubia, que hacía fotos a la multitud desde un balcón en la misma finca.

Los organizadores de los festejos alternativos, de la órbita de la CUP, decidieron hacer a pie de suelo su pregón, junto a una gran pancarta en defensa de los trabajadores de Movistar. El sonido, sin embargo, les ha jugado una mala pasada y sus palabras no tuvieron el volumen suficiente. El texto criticaba el aumento del turismo en el distrito y operaciones urbanísticas como la del edificio del Deustche Bank. “Somos los graciencs y graciencas que tanto queremos a la vila y no queremos ser los figurantes de una postal turística. Queremos la vila que ha sido siempre contra la que ahora es”, decía el pregón.

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También enviaron mensajes críticos contra los que buscan “la voladura controlada del procés”; para el nuevo concejal del distrito de Barcelona en Comú, Raimundo Viejo —“los gurús intelectuales de la posmodernidad que finalmente se van a Madrid”— y críticas al expresidente de la Fundación de los festejos, Ricard Estruch —por sus “corruptelas y amistades peligrosas”.

Posteriormente, Mercè Montalà, en uno de los pregones mejor interpretados de los últimos años, recordó el carácter acogedor de Gràcia, barrio al que llegó en 1994. Su madre la ha acompañado en el balcón, junto con la alcaldesa Ada Colau y los representantes de los otros grupos políticos del Ayuntamiento. “Con ella aún hacemos calle, hacemos vecindad”, ha asegurado. La actriz ha recordado luchas vecinales como la que permitió recuperar un jardín de la calle Encarnación, que era propiedad de la curia. “En esta lucha no se han necesitado pistolas, sino integridad y firmeza”, aseveró.

Después ha llegado al turno de Colau, que no se ha llevado ningún silbido por parte del público, que sí ha aplaudido su mención a las mujeres víctimas de violencia machista de los últimos días. Pero no se ha tratado de un acto de beneplácito, la atención seguía en la gran nube negra que se arremolinaba en el cielo.

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