La calma del corredor de fondo

El madrileño Óscar Mulero es uno de los ‘dj’s’ más internacionales de España

El dj y productor Óscar Mulero, fotografiado ayer en el centro de Madrid.ÁLVARO GARCÍA

En abril, Óscar Mulero pinchó en Ginebra, Ámsterdam, Montpellier, Roma, San Francisco, Ciudad de México, Los Ángeles, Guadalajara y Buenos Aires. Desde esta última ciudad partió su vuelo rumbo a Madrid, en un viaje de casi diez horas que le ha permitido descansar lo justo.

Es el pinchadiscos más internacional con que cuenta España y, al contrario de lo que se pueda pensar, se le ve afable y cómodo conversando. Ni rastro de aires de estrella, aunque es consciente de que su carrera es un reflejo de los altos y los bajos de la escena electrónica local. “No me importa que me utilicen como r...

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En abril, Óscar Mulero pinchó en Ginebra, Ámsterdam, Montpellier, Roma, San Francisco, Ciudad de México, Los Ángeles, Guadalajara y Buenos Aires. Desde esta última ciudad partió su vuelo rumbo a Madrid, en un viaje de casi diez horas que le ha permitido descansar lo justo.

Es el pinchadiscos más internacional con que cuenta España y, al contrario de lo que se pueda pensar, se le ve afable y cómodo conversando. Ni rastro de aires de estrella, aunque es consciente de que su carrera es un reflejo de los altos y los bajos de la escena electrónica local. “No me importa que me utilicen como referencia para hablar de lo que sucede aquí. Entiendo que mi carrera sirve para hacer balance”, asegura.

Nacido en 1971 en el distrito madrileño de Moratalaz, un barrio que dejó a los 27 años, hoy disfruta de una segunda juventud en Asturias, donde reside desde hace cinco años. Es probablemente el mayor referente que tenga la música electrónica de este país y ha visto cómo desde sus inicios el sector se ha ido transformando y profesionalizando, para bien y para mal. “Se ha hecho más grande todo. Nos hemos profesionalizado a nivel técnico y artístico, estamos mejor que nunca en el mapa internacional”, cuenta. “Sin embargo, hay gente que trabaja mucho más fuera que en España. A nivel de escena local nunca lo había visto tan flojo. Es un contraste brutal. No he vivido nada peor que esto”, sentencia un dj que vivió la época dorada de la escena nacional, con clubes como Voltereta, Omen o Xenon. “El cambio de la normativa ha tenido mucho que ver: ahora se limitan mucho más los aforos, los horarios y el volumen. Y no olvidemos que es del sonido de lo que vivimos nosotros. Nuestras sesiones no son para ligar ni para tomar copas”, continúa un Mulero sincero, que visita continuamente la ciudad que le vio crecer y donde conserva gran cantidad de amigos. Algunos de ellos, como DJ Muerto, HD Substance o Groof —este último emigrado temporalmente a Barcelona—, aún continúan produciendo y pinchando ocasionalmente.

Empezó a pinchar pronto, pero llegó a la producción tarde, a comienzos del nuevo milenio. Antes recibiría el espaldarazo de Sónar, en 1996. El festival en ese momento estaba cogiendo renombre internacional y en aquella edición compartía cartel con estrellas como el estadounidense Jeff Mills.

Poco a poco iría alimentando la imagen de dj de techno rocoso y oscuro en discotecas como Vademecum o La Real.

Aquellas sesiones en salas de reducidas dimensiones serán las que definan un sonido y una forma diferente de relacionarse con el público. “En los clubes pequeños es donde más a gusto me encuentro”, confiesa un Mulero que durante la celebración del Sónar de este año estará pinchando en Moog, una de esas salas pequeñas —y de más solera— de la capital catalana. “Crecí en salas de 150 personas que abrían todos los días de la semana. Soy un artista de club. Mi música encaja mucho más en ese contexto: poca luz, un espacio reducido y contacto cercano con el público”.

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También es dueño de la plataforma Pole Group. Con una selección de los pinchadiscos a los que publica y representa compartirá esta noche cabina en el Club Mondo. Son sesiones donde, siempre que la ocasión se lo permite, alterna material reciente y viejo. Sabe que su audiencia está formada por personas de edades muy diferentes que lo agradecen. “La gracia hoy día, sobre todo para la gente joven, está en meter cosas antiguas que no conozcan. A mí me aporta mucho y al que viene de ahí, también”.

Estos días acaba de sacar su cuarto largo: Muscle and Mind. Antes había venido Grey Fades to Green, Black Propaganda y Biosfera,todos realizados en estos últimos cinco años. Contienen una mirada más sosegada al techno que en sus sesiones. En estos trabajos relaja el estilo y viaja a entornos más confortables. Son las dos caras de un personaje básico para entender la música española de nuestro tiempo.

Óscar Mulero actúa esta noche en el club Mondo Disko (Alcalá, 20).

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