El colegio de economistas de Valencia se parte en dos

La corriente crítica con el decano cuestiona dos contratos de los últimos años

Valencia -

El Colegio de Economistas de Valencia está partido en dos. La renovación parcial de la junta del gobierno, que tuvo lugar en diciembre, dio como resultado que la mitad de los miembros sean partidarios del actual decano, Juan Manuel Pérez Mira, y la otra mitad de una corriente crítica que ganó la última votación. Los recién llegados, encabezados por Juan José Enríquez, acusan al equipo en el poder de ponerles trabas incluso para conocer las cuentas de la entidad, que tiene la consideración de corporación de derecho público. El bloque del decano califica a los oponentes de desleales y de sembrad...

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El Colegio de Economistas de Valencia está partido en dos. La renovación parcial de la junta del gobierno, que tuvo lugar en diciembre, dio como resultado que la mitad de los miembros sean partidarios del actual decano, Juan Manuel Pérez Mira, y la otra mitad de una corriente crítica que ganó la última votación. Los recién llegados, encabezados por Juan José Enríquez, acusan al equipo en el poder de ponerles trabas incluso para conocer las cuentas de la entidad, que tiene la consideración de corporación de derecho público. El bloque del decano califica a los oponentes de desleales y de sembradores de insidias por pedir explicaciones sobre ciertas contrataciones realizadas en los últimos años.

La primera de ellas tuvo como objeto una reforma a fondo de la página web del colegio por 20.000 euros. Según documentación del colegio profesional, la empresa elegida fue la misma que meses antes había hecho la campaña electoral en Internet para el actual decano, a finales de 2012. Desde la oposición se asegura, además, que fue la única propuesta que se presentó.

El tesorero, Antonio Paños, afirma que la indicación que se dio a la anterior gerencia del colegio fue que buscara varias ofertas, y que si no se hizo fue un error del que no considera responsable al equipo que dirige el colegio. Se trata en todo caso, agrega, de una “inversión escasa” que resultaba necesaria porque la anterior página web de la entidad era “muy mala”.

El segundo contrato cuestionado es el proyecto de plan estratégico, al que sí que se presentaron varias propuestas formuladas por colegiados. Los documentos entregados a este periódico incluyen una tabla en la que aparecen ordenados por precio todas las ofertas, salvo la ganadora, que figura varios puestos por encima de lo que le correspondería por el precio. Es decir, por el lugar que ocupa debería ser más cara de los 22.500 euros que indica el total.

En otros documentos se refleja lo que parece la misma propuesta con dos precios distintos para los diferentes puntos del proyecto. Éste recoge elementos como “comunicación”, “diseño de un sistema de información”, “seguimiento y autorización del plan” y “cronograma de ejecución”.

La propuesta que tiene un precio más elevado, 32.250 euros, encajaría con el lugar que ocupa en la tabla comparativa la oferta ganadora. En ella se aprecia que en cada apartado se ha anotado una cantidad inferior, hasta reducir la suma a 22.500 euros, la cantidad que sumaba la propuesta ganadora. Fuentes del colegio interpretan que la oferta ganadora pudo ser cambiada a la vista de las demás para convertirse en prácticamente las más baja de todas.

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El tesorero del colegio niega de plano que la junta de dirección supiera que se hubieran elaborado dos ofertas distintas por parte de la ganadora. Menciona que en el proceso intervinió la anterior gerencia. Y considera una “insidia” que se quiera derivar de ello la comisión de irregularidades por parte del equipo de gobierno.

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