Un patio creativo

La actriz lleva a los lectores a tiendas pop, restaurantes, tablaos, parques de atracciones y a la terraza de su casa

La actriz Marta Hazas en Metro Bistro.jaime villanueva

1. Metro Bistro. Me queda muy cerquita de casa, y como no tenemos mucho tiempo para hacer la compra, es como venir a la cocina casera. Es increíble cómo preparan el pez mantequilla, tienen un risotto buenísimo, una cecina espectacular y muy buena selección de vinos (Imperial, 3).

2. El patio de la escuela de Cristina Rota. Aunque estudié periodismo, siempre quise ser actriz. Entré en la Resad, pero decidí ir a esta escuela porque ese patio tiene magia y te pone creativo (y porque me daba clase Cristina). Representa el comienzo de mi vida profesional en ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

1. Metro Bistro. Me queda muy cerquita de casa, y como no tenemos mucho tiempo para hacer la compra, es como venir a la cocina casera. Es increíble cómo preparan el pez mantequilla, tienen un risotto buenísimo, una cecina espectacular y muy buena selección de vinos (Imperial, 3).

2. El patio de la escuela de Cristina Rota. Aunque estudié periodismo, siempre quise ser actriz. Entré en la Resad, pero decidí ir a esta escuela porque ese patio tiene magia y te pone creativo (y porque me daba clase Cristina). Representa el comienzo de mi vida profesional en Madrid (Doctor Fourquet, 31).

3. Plaza de toros de Las Ventas. Lo primero que hice al llegar, en 2002, fue ir a un concierto de Sabina, mi cantautor favorito, en esta plaza. Como mi abuelo era banderillero aficionado, me gusta el arte del toreo, pero no que maten toros. Eso tiene que evolucionar (Alcalá, 237).

4. Teatro Español. Ser actriz significa soñar con estar algún día en ese escenario. Me gusta ir a estudiar y a preparar pruebas en la cafetería. La primera obra que vi allí, al llegar, fue Eloísa está debajo de un almendro, que hacía Paloma Paso Jardiel, nieta del autor, con la que luego trabajé. Tengo conexión con este sitio (Plaza de Santa Ana).

5. Villa Rosa. Es un tablao muy de la movida, en el que trabajó mi tío Víctor: con ocho años pasé una noche allí bailando flamenco y sevillanas. Ya quería ser actriz y este sitio era como la farándula madrileña. En él se rodó alguna escena de Tacones Lejanos, de Almodóvar (Plaza de Santa Ana, 15).

6. La Ancha y La Gabinoteca. En La Ancha puedes comer el mejor escalope de todo Madrid. Es cocina tradicional con buena materia prima y buen trato. Allí conozco a Nino, que es un tipo lleno de ideas. También recomiendo otro de sus locales, La Gabinoteca, que es muy divertido (Zorrilla, 7 y Fernández de la Hoz, 53).

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

7. El Jardín del Ángel. Esta floristería tiene una historia fascinante, porque durante tres siglos, hasta finales del XIX, fue un cementerio. Además, es un lugar bonito, en el que dan ganas de entrar. No suelo comprar plantas, pero cada vez que paso por delante no puedo evitar llevarme algo (Huertas, 2).

8. La terraza de mi casa. Vivo con mi chico en La Latina y es un lujo tener una buena terraza en esta zona. Las vistas, con los tejados de Madrid, parecen la escenografía de una zarzuela. Tenemos un magnolio y en él vemos pasar las estaciones.

9. Popland. Es una tienda muy original de cosas poperas. A los siete años comencé a coleccionar parafernalia de Marilyn Monroe, tengo mucho material, alguno inédito y de los años cincuenta, hasta una bolsa de agua caliente para los pies. Aquí tienen muchas cosas relacionadas con la edad de oro del cine y también con los cómics de Esther, de Purita Campos, que me gustan mucho. Cuando descubrí esta tienda descubrí un paraíso (Manuela Malasaña, 24).

10. Parque Warner y Parque de Atracciones. Me encantan los parques de atracciones. De pequeña tenía que esperar a que cada verano viniera la feria a Santander. Aquí puedes ir cuando quieras, y para mí es un plan recurrente (San Martín de la Vega y Casa de Campo).

Sobre la firma

Archivado En