Abanca plantea a los sindicatos recortar sueldos y ampliar el horario

El banco apela a la competitividad y la mejora de la atención al cliente

Oficina de Abanca en SantiagoÓscar Corral

Con un ERE abierto y una reducción de la plantilla desde que fueron nacionalizadas las cajas gallegas que la ha dejado prácticamente en la mitad ha pasado de 8.000 a 4.874 trabajadores y los sindicatos han tenido confirmación a través del Ministerio de que aún afectará a otros 400), la dirección de lo ahora se denomina Abanca propone una reducción salarial “encubierta”, según los sindicatos, y la ampliación de la jornada laboral a las tardes en sus 190 oficinas, 88 más de las que están abriendo ya entre las 16,30 y las 19 horas. Mientras los sindicatos expresan un rechazo inicial rotundo (maña...

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Con un ERE abierto y una reducción de la plantilla desde que fueron nacionalizadas las cajas gallegas que la ha dejado prácticamente en la mitad ha pasado de 8.000 a 4.874 trabajadores y los sindicatos han tenido confirmación a través del Ministerio de que aún afectará a otros 400), la dirección de lo ahora se denomina Abanca propone una reducción salarial “encubierta”, según los sindicatos, y la ampliación de la jornada laboral a las tardes en sus 190 oficinas, 88 más de las que están abriendo ya entre las 16,30 y las 19 horas. Mientras los sindicatos expresan un rechazo inicial rotundo (mañana celebrarán una segunda reunión), la empresa ha asegurado a este diario que sus propuestas forman parte de una estrategia general encaminada a obtener “mayor competitividad y eficiencia y mejor atención al cliente”.

 “Nos vienen a buscar de nuevo la cartera”, sostiene el representante de UGT, José Ramón de Pliego, molesto porque la empresa, en su primera reunión para abordar la modificación de las condiciones laborales, “propone los cambios cuando está a punto de aprobarse un nuevo convenio”. En lo que respecta a las remuneraciones, a falta de más detalles el representante de UGT entiende que los cambios podrían suponer la supresión de las 21 pagas actuales y una reformulación del cálculo de la antigüedad. De Pliego coincide con los delegados de CC OO, Luis Mariño, y CIG, Clodomiro Montero, en la necesidad de que la empresa “justifique documentalmente” la existencia de una demanda en la jornada de tarde que ninguno de ellos cree real.

Mariño tilda de “un poco bestias” las medidas propuestas, que les dejan un margen “de hora y media” para comer entre las jornadas de mañana y tarde. “No se trata de ampliar la jornada laboral, haríamos las mismas 1.680 horas anuales”, reconoce el representante de CC OO, pero precisa que la propuesta es “rechazable de plano”. Respecto a la oferta salarial, sostiene el delegado sindical de CC OO que no se trata de un recorte en sentido estricto, “pero sí pretende congelar los complementos y abaratar los sueldos de los trabajadores que se vayan incorporando”. “No nos parece una propuesta seria”, concluye.

Tampoco la acepta el representante de la CIG. Montero parte del argumento de que la empresa alega razones económicas “no reales, pero necesarias por ley para poder modificar, como se propone, las condiciones de trabajo”. En su opinión, la jornada entre las 8 y las 19 horas que les plantea la dirección acabará suponiendo que la plantilla realice nueve horas y media diarias porque “dejan claro que no habrá control horario, con lo que quedará marcado por la clientela”. El representante de la CIG se muestra convencido de que hay un intento de “modificar con carácter general el horario actual del sistema financiero” y destaca que esa misma intención la expresaron ya los nuevos propietarios en la primera reunión. El sindicalista apela a la cuenta de resultados de la empresa “que está a la vista” para insistir en que no se creen las razones económicas sobre las que la dirección asienta su argumento.

La única parte positiva que los representantes de los trabajadores han encontrado en la propuesta empresarial inicial es la relativa a la anulación de todo lo que tiene que ver con la reducción de jornadas que afecta a unos 1.000 empleados. Los sindicatos entienden que esta medida que se les ofrece, y que tildan de “compensación”, sería en realidad imposible de aplicar con la plantilla existente y las demandas de la clientela.

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