Comienza la limpieza de la laguna de chapapote de Arganda del Rey

La Comunidad inicia la extracción de los 50.000 metros cúbicos hidrocarburos y aceites contaminantes vertidos por una empresa entre 1989 y 1995

La Comunidad ha iniciado la extracción de los 50.000 metros cúbicos (40.000 líquidos y 10.000 sólidos) de la laguna de chapapote de Arganda del Rey, originada por el vertido entre 1989 y 1995 de hidrocarburos y aceites contaminantes en lo que era un espacio de aguas puras de un tamaño equivalente a 20 piscinas olímpicas. Acercarse en las horas de mayor calor del día es peligroso, debido al olor y los vapores tóxicos que emanan. La acidez de la laguna es tan agresiva que quema al contacto.

Las tareas de limpieza se desarrollarán durante seis años, debido a las medidas de protección neces...

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La Comunidad ha iniciado la extracción de los 50.000 metros cúbicos (40.000 líquidos y 10.000 sólidos) de la laguna de chapapote de Arganda del Rey, originada por el vertido entre 1989 y 1995 de hidrocarburos y aceites contaminantes en lo que era un espacio de aguas puras de un tamaño equivalente a 20 piscinas olímpicas. Acercarse en las horas de mayor calor del día es peligroso, debido al olor y los vapores tóxicos que emanan. La acidez de la laguna es tan agresiva que quema al contacto.

Las tareas de limpieza se desarrollarán durante seis años, debido a las medidas de protección necesarias y a la complejidad del proceso. “No pretendemos hacerlo rápidamente, sino respetando las máximas garantías para la naturaleza”, manifestó Borja Sarasola, el consejero de Medio Ambiente. Los residuos líquidos se sacarán con dos bombas y la parte sólida con palas mecánicas. El coste de los trabajos de limpieza será de 14,5 millones de euros.

La enorme charca se encuentra a 800 metros del ámbito urbano de Arganda del Rey y dentro del Parque Regional del Sureste, 31.550 hectáreas con 200 especies catalogadas (la mitad protegidas) en torno a los ejes de los cursos bajos de los ríos Jarama y Manzanares. La responsable de la acumulación de residuos fue la empresa Aceites Ulibarri-Piqsa, que durante seis años los vertió (incluido ácido sulfúrico) hasta que en 1998 entró en quiebra y desapareció. El delito prescribió justo entonces, tres años después del último vertido, beneficiado por una legislación más permisiva.

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