El agobio de la presión

El Athletic intenta recuperar su moral y su juego en medio de un calendario exigente

Bilbao -
Seguidores del Athletic reciben a los jugadores en el aeropuerto de Loiu.JUAN FLOR (DIARIO AS)

El Athletic dejó de saborear la Champions League en la noche dicharachera del Nápoles. Toda la euforia europea se ha ido desparramando desde entonces con tropiezos en el campeonato de Liga que han inoculado la intranquilidad demasiado pronto en la grada de San Mamés.

Sin apenas darse cuenta de que sigue sin marcar un gol, el Athletic viaja a Bielorrusia para afrontar un compromiso que es la previa de la visita al Real Madrid. Todo un agobio bajo la presión que supone un pésimo arranque de resultados, de juego y de la pérdida de brújula en ...

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El Athletic dejó de saborear la Champions League en la noche dicharachera del Nápoles. Toda la euforia europea se ha ido desparramando desde entonces con tropiezos en el campeonato de Liga que han inoculado la intranquilidad demasiado pronto en la grada de San Mamés.

Sin apenas darse cuenta de que sigue sin marcar un gol, el Athletic viaja a Bielorrusia para afrontar un compromiso que es la previa de la visita al Real Madrid. Todo un agobio bajo la presión que supone un pésimo arranque de resultados, de juego y de la pérdida de brújula en la coordinación del centro del campo tras el boquete que ha supuesto la salida de Ander Herrera.

Mientras comienza a extenderse entre la afición rojiblanca el debate sobre la conveniencia de orillar la competición europea para evitar sustos en la Liga, el Athletic se procura otra tabla de salvación este martes ante el BATE en el nuevo Borisov Arena todavía azuzado por la resaca moral de ese empate de impotencia cedido ante el correoso Eibar.

Es una cuestión de ánimo para recomponer una situación inimaginable en los dos partidos ante el Nápoles, pero que han acabado convirtiéndose en un espejismo por la caída del Athletic en un carrusel de incongruencias en su juego, donde Ernesto Valverde no consigue adecuar, sobre todo, una línea medular mucho más vigilada y menos versátil que la pasada temporada.

El BATE, goleado en Oporto, ya puede disputar sus partidos europeos en su campo

Con un punto después de enfrentarse a Rayo Vallecano y Eibar, la moral se resquebraja obligatoriamente porque se trataba, a priori, de dos rivales ante los que obtener un mejor rédito. Tras estos resultados en apenas cuatro días, ahora vuelve la Champions donde una derrota en esta inmediata jornada prácticamente alejaría al Athletic de la siguiente ronda.

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En el estreno, el Athletic empató sin goles contra Shakhtar Donetsk. Este resultado, unido a la estrepitosa goleada recibida por el BATE en Oporto (6-0), casi le obliga al conjunto vasco a ganar en Bielorrusia para no llegar ya por detrás de Shakhtar y Oporto en las opciones clasificatorias de estar en octavos de final a la tercera jornada, en la que tendrá que visitar a los de Julen Lopetegui en el Estadio do Dragao.

No está el Athletic en su mejor momento para visitar a un BATE también deprimido tras la primera jornada, pero que tiene el aliciente de poder jugar ya en su campo de juego, el Borisov Arena (13.000 espectadores), y no tener que tener que trasladarse a Minsk, para disputar sus partidos europeos como local.

El BATE, incombustible y sempiterno campeón de la débil liga bielorrusa, que ha ganado en las últimas ocho temporadas, recibe al Athletic en plena competición, superadas ya 25 jornadas del campeonato doméstico. Metido de lleno en la fase final de la competición, el BATE llega al choque tras empatar este fin de semana en casa ante el cuarto clasificado y desgastado por una de las ligas bielorrusas más difíciles de los últimos años y en la que, a tres puntos, le sigue en la tabla el histórico Dínamo de Minsk.

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